El Amor Eterno romance Capítulo 1941

Él le advirtió con una voz fría. “Por favor, vete”.

“Cedar…”.

“¿Quieres que me ponga grosero contigo?”.

…

Isabelle recogió algunas flores de ciruelo verde en el jardín de al lado. Las pequeñas flores verdes estaban agrupadas en pequeños racimos frescos. A Isabelle le gustó mucho.

Tomó las flores de ciruelo verde y volvió al patio de Cedar. Cuando llegó, vio a una mujer que salía tambaleándose de la habitación con el rostro pálido y los ojos llorosos.

Esa mujer odiaba a Zachary desde el fondo de su corazón. Ella estaba resentida con él por no mostrarle solidaridad en ese entonces. Ella lo odiaba por no ser misericordioso.

Ella se postró ante él, pero el hombre se mantuvo insensible y antipático.

Sin embargo, ese era el mismo hombre que se enamoró de una mujer divorciada. No solo consintió a esa mujer con todo lo que tenía, sino que había hecho lo mismo con su hija, lo que provocó que se volviera tan desaforada.

“¿Viniste a buscar a Cedar otra vez?”, preguntó Isabelle.

Isabelle se quedó mirando a la mujer de aspecto elegante, que llevaba un lujoso maquillaje y un abrigo de visón blanco. Isabelle lo pensó y preguntó: “¿Estás triste?”.

Las personas solo lloraban así cuando se sentían tristes.

La mujer levantó la mano y se limpió las lágrimas. Hizo todo lo posible para mantener su fachada habitual, pero de repente sintió que simplemente no tenía sentido hacerlo. No había necesidad de que enmascarara sus emociones frente a esta niña. Además, no había ninguna razón para que ella se peleara con la niña. La haría parecer testaruda e irrazonable.

Ella asintió y respondió honestamente: “Estoy triste”.

“Oh”, respondió Isabelle antes de agregar: “Deberías sentirte triste. Tú eres la que abandonó a Hermano Mayor en ese entonces. ¿Cómo crees que puedes recuperar fácilmente algo que abandonaste sin cuidado? Para ser franca, desprecio a los padres como tú, que abandonan a sus hijos. Sin embargo, me siento un poco mal por ti al verte llorar”.

La madre biológica de Cedar murmuró: “De verdad no quería hacerlo…”.