El Amor Eterno romance Capítulo 1970

Tenía razón. Cuando se trata de amor, ¿de verdad importa el estatus de uno?

Sin embargo, ¿de verdad Bambi gustaba de él?

Ese podría no haber sido el caso.

Pero entonces, ¿acaso Raymond le desagradaba a Bambi?

A ella parecía gustarle un poco.

No importaba si le gustaba o no. Sin importar qué, ella igual no podía aceptar al hombre que tenía enfrente. No tenía esperanzas en el amor por culpa del amor de sus padres.

Ya estaba tan acostumbrada a tantos años de soledad que rechazaba la calidez.

Ella temía que esa calidez la abandonara de nuevo, si llegaba a acostumbrarse.

Tenía al Hermano Cedar. Ella confiaba en él de todo corazón, y sabía que él siempre estaría ahí para ella. A ella le gustaba ese sentimiento.

Ella esperaba tener a alguien a quien amar. Esperaba poder confiar en la persona que amara de todo corazón y sentir su calidez. Esperaba que su amado pudiera ser su salvación.

Sin embargo, ese amor nunca podría venir de ese hombre joven, pero de mente madura. Él era tan sofisticado, y parecía que siempre estaba tramando algo.

¡¿Cómo podía confiar en él?!

Además, todavía no le gustaba mucho.

Raymond notó el silencio de Bambi y se sintió frustrado.

De repente se acercó más a ella y presionó sus labios contra los de ella. Recorrió el contorno de sus labios con los suyos, tratando de identificar un cambio en su expresión. Inesperadamente, la mujer abrazó su cuello con naturalidad y le devolvió el beso.

Sus labios estaban tan apretados que podían sentir los dientes del otro.

El corazón de Raymond tembló, junto con el resto de su cuerpo.

La mujer en sus ojos…

No podía apartar su atención de ella desde que la conoció, en ese día lluvioso.

En ese entonces, acababa de dejar a su familia y renunció a su estatus de Joven Amo de la familia Swift. Después de eso, se fue a trabajar como un sirviente insignificante en la villa de Bambi.

Aun así, seguían siendo personas muy diferentes. A Raymond no le importaba el poder ni la riqueza, pero dedicó todo su esfuerzo a hacer crecer el negocio de la familia Jean.

Él vio cómo ella siempre estaba ocupada con el trabajo y siempre fumaba. Con el tiempo, su salud se deterioró por el exceso de trabajo.

Él la soltó de sus brazos y de repente se echó a reír.

Bambi le preguntó: “¿Ya te vas?”.

“Adiós, Jeanette Jean. Nunca te volveré a ver”.

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