El Amor Eterno romance Capítulo 1984

Isabelle no entendía bien a Cedar antes.

Al principio, sólo pensó que era un hombre guapo y encantador que estaba en la cúspide del poder. Le parecía un dios.

Le gustaba por su apariencia.

Aunque le gustaba más cuando acababan de comenzar su relación, no hace mucho, eso era por la sensación de seguridad que él le proporcionaba. Le gustaba su apariencia, pero lo conoció mejor después de pasar tiempo con él.

Él pasó por un camino difícil para llegar a donde estaba. Tuvo las cosas mucho más difíciles que ella. Sin embargo, era un hombre con mucha voluntad y autocontrol. Se recuperó con éxito bajo el tratamiento de Lucas, y no tuvo problemas recurrentes.

Cedar podía controlar bien sus emociones y su estado de ánimo. Parecía que podía adaptar su mentalidad a la de ella, y entendía todas sus pequeñas emociones.

Era un hombre perfecto.

Era tan perfecto, y apenas tenía alguna debilidad o problema.

"Pero Tom, algunas personas tienen que permanecer separadas".

Tuvo que terminar con él antes de desarrollar un amor eterno por él, uno que se hiciera tan fuerte que no podría vivir sin él.

Al final, todavía no podía entender el amor que su padre le describía. A pesar de ello, seguía sintiéndose triste por su relación con él.

Se esforzó por acercarse a él. Pero mientras se esforzaba por experimentar el amor de su vida, fue él quien la decepcionó.

"Señorita, realmente no lo entiendo".

Tom quería defender a Cedar, pero no sabía cómo debía decirlo. Sintió que no era el mejor momento para provocarla.

Isabelle dijo de repente: "Tom, no te culparé de que el Hermano Mayor se haya enterado de mi secreto. Cuando lleguemos al pie del monte McKinley, espérame ahí. Le conté a mi padre mi plan. Esta vez no tienes que seguirme en mi escalada. Iré sola".

Isabelle dijo que iría sola. Eso significaba que no llevaría a ninguno de sus guardaespaldas, no que no subiría con el equipo de alpinistas.

"Señorita, ¿cómo puedo garantizar su seguridad de esa forma?".

Isabelle le lanzó una débil mirada y le ordenó: "Sólo sigue tus órdenes".

"Sí, Señorita".

...

Isabelle no pudo dormir en absoluto durante el vuelo. No paraba de picar los bocadillos que Cedar le había comprado antes. Comió demasiado, y de repente vomitó. Tom la sostuvo rápidamente y llamó a la azafata.

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