El Amor Eterno romance Capítulo 216

Había hablado con Dixon claramente, pero él fingió no escucharme.

“Sube al coche primero”, ordenó él. “Quiero llevarte a alguna parte”.

Dixon era obstinado.

Me sentí incómoda a medida que abrí la puerta del coche y me senté en el asiento del pasajero. Una vez que entré, Dixon inmediatamente cerró las puertas

“¿Estuviste en Nanjing todo este tiempo? ¿Cuándo te despertaste?”. Pregunté cautelosamente.

“Recientemente me desperté hace unos días”, respondió él.

“Oh, ¿cómo está tu salud?”.

“No hay problema”.

Dixon me era distante conmigo después de que subí al coche. Él no parecía estar interesado en hablar conmigo. Cerré la boca con fuerza después de haber visto como él reaccionaba.

Dixon condujo hasta la orilla del mar. Mientras íbamos de camino hacia allí, estaba en conflicto acerca de cómo debería explicarle mis sentimientos actuales a él.

Me sentí avergonzada de haberlo perjudicado.

Cuando llegamos a la playa, Dixon detuvo el coche. Se desabrochó el cinturón de seguridad y me pasó una botella de bebida. Acepté la botella y me la bebí. Mi cuerpo se sintió caliente después de un tiempo. Era una sensación familiar, pero confiaba en él, así que no parecía fuera de lo común.

Dixon abrió la puerta y salió del coche. Él estaba de pie junto a la playa y su espalda parecía solitaria. Cuando yo estaba a punto de bajar y seguirlo a él, sonó mi teléfono celular.

Era el director Gregg.

¿Por qué el director Gregg me llamaría de repente?

Respondí su llamada con vacilación.

“Director Gregg”, saludé gentilmente.

Miré a Dixon a través de la ventana del coche.

“¿Por qué?”, pregunté.

“¡Él te hará daño! ¡Él planea tomar venganza de ti!”.

Dixon todavía estaba parado junto a la playa. El segundo que director Gregg terminó su oración, Dixon pareció haber notado algo instintivamente. Él se volvió para mirarme mientras sonreía.

Lo miré de vuelta y me asusté. Podía sentir que mi cuerpo se estaba poniendo caliente gradualmente. Cuando el director Gregg colgó, Dixon caminó hacía mí con pasos pesados. Sentí un miedo intenso creciendo desde adentro.

Marqué con apuró el número de Zachary.

Desafortunadamente, Zachary no tomó mi llamada a tiempo cuando Dixon abrió la puerta. Rápidamente escondí mi teléfono celular en mi bolso.

“Me quiero ir a casa”, le dije temblando.