El Amor Eterno romance Capítulo 245

Presioné mis labios y dejé de preguntarle cualquier cosa.

Zachary me preguntó: “¿Tienes hambre?”.

Él parecía ser excepcionalmente gentil ese día.

“Para nada”, respondí con calma.

Él tenía curiosidad. “¿Por qué viniste hasta aquí?”.

Cuando escuché eso, pregunté preocupada: “¿En qué lugar me choqué?”.

Él me miró con sentimientos encontrados y finalmente respondió después de un tiempo.

“No lejos de aquí”.

“¿Qué tan lejos está la Ciudad Tong de aquí?”.

Zachary presionó sus labios y frunció el ceño. “Treinta kilómetros”.

Ese lugar estaba a 30 km de la Ciudad Tong, lo cual significaba que estaba a 100 km del pueblo Nimes. Estaba secretamente aliviada de que no estaba demasiado cerca del pueblo Nimes o mis padres biológicos podrían…

Las palabras que mi padre me había dicho en días anteriores seguían frescas en mi mente. ¡Aún no podía entender por qué mi madre biológica quería mantenerme alejada de ellos!

¿Podría ser que mi padre biológico se dio cuenta de algo?

Eso era todo... Recuerdo que mi padre mencionó que mi padre biológico empezó a sospechar y que estaba buscándome. ¿Eso significaba que mi madre biológica me había ocultado de él en la oscuridad al enviar a su bebé donde la familia Shaw?

El pensamiento de eso hizo que mi corazón se atribulara.

¿Por qué ella hizo eso?

Esas preguntas se envolvieron en mí como una niebla. Intenté revelar el misterio, pero todo lo que veía era solo la punta del glaciar. La única pista que tenía era el pedazo de papel que mi padre me había pasado la noche anterior.

Afortunadamente, guardé el número en mi celular mientras estaba en el coche. De lo contrario, ¿a dónde podría encontrar ese pedazo de papel? Además, con la tormenta actual, la escritura hubiese sido irreconocible.

Si hubiera sido cualquier otro chico, estuviera más que celoso.

Mientras tanto, él despreocupadamente ignoró el problema.

Mi corazón se sentía increíblemente incómodo, y resentía a Zachary. Sin embargo, ¿qué había hecho él mal?

Simplemente él no me amaba.

Apagué mi teléfono y lo puse a un lado. Poco después, escuché a alguien hablar afuera. “Sr. Schick, ¿cómo está la condición de la Señorita Shaw?”.

Era la voz de Yair.

“Ella está bien, considerando que tenía energías para estar molesta conmigo”.

Él sabía que yo estaba molesta.