El Amor Eterno romance Capítulo 256

Lance nunca me miraría con una mirada tan posesiva.

“¡Dixon!”, grité.

El hombre que estaba al lado del crucero sonrío burlonamente. Retiré la mirada sin descanso y quería llevar a mi asistente e irme de inmediato.

De repente, dos guardaespaldas aparecieron frente a mí y nos impidieron salir.

“Presidenta Shaw, el Sr. Gregg le gustaría invitarla a unirse a la fiesta”. Uno de ellos sonrío.

Fruncí el ceño y pregunté: “¿Y si rechazo?”.

“La presidenta Shaw no lo rechazaría”, dijo el guardaespaldas apresuradamente.

Parecía que estaban tratando de invitarme a la fuerza a regresar de vuelta al crucero.

Sin embargo, dejé muy claro que no me inmiscuiría más con Dixon y Lance, especialmente en un evento público.

No quería involucrarme en ningún escándalo con ellos nunca más.

Fruncí el ceño y miré a Chuck. Él los amenazó con calma.

“Nuestros hombres están por la zona. Salgan del camino rápidamente”.

Los guardaespaldas frente a nosotros no se movieron e ignoraron las palabras de mi asistente. Me di la vuelta y le grité a Dixon.

“Déjanos ir”.

La distancia entre nosotros era relativamente grande y, lógicamente, no habría podido escuchar mis palabras con claridad. Sin embargo, él hizo un gesto con la mano y ordenó a los dos guardaespaldas que nos dejaran ir.

Mi asistente salió de la playa conmigo. Antes de subir al coche, podía oír débilmente la melodía de piano de ‘La Calle en Donde Reside el Viento’ viniendo del crucero.

Yo estaba conmocionada. “¿Es ese Lance?”, le pregunté a Chuck.

Por cierto, Lance no haría su aparición si Dixon estuviera cerca. Los hermanos nunca habían aparecido juntos en ninguna reunión anteriormente, pero Nathan dijo que invitó a Lance.

¡¿Por qué estaba pasando esto?!

¿Podría ser que Dixon y Lance ambos fueran…

“No sabemos el paradero de ellos”.

Cuando regresé apresuradamente a la orilla del mar, pude ver que había muchos equipos de rescate alrededor. Loraine se quedó de pie preocupada en medio de la brisa del mar y miró hacia el océano oscuro en la distancia.

Me acerqué y pregunté: “¿Dónde están ellos?”.

Cuando Loraine me vio, fue como si encontrara a alguien en quien pudiera depender. Tenía los ojos llorosos y me miró.

“Todavía no está claro dónde están. Ha pasado una hora desde que cayeron al mar, me temo que ellos…”.

Abracé a Loraine. Escondí el miedo en mi corazón y la consolé.

“Todo saldrá bien. ¿Cómo cayeron al mar?”.

“Yo estaba en la habitación, así que no supe bien qué sucedió. Yara, la hija menor de la familia Thompson, también cayó al mar junto con mis hermanos”.