El Amor Eterno romance Capítulo 263

“Ve al asistente Yair y retira tu castigo por ti mismo”.

No entendí por qué Zachary quería castigar a Joshua. Después de todo, estaba luchando por él. Intenté apresuradamente detenerlo, y le dije: “Segundo hermano, él solo quería que yo…”

No pude terminar mi oración. A decir verdad, también culpaba a Joshua, pero no había necesidad de castigarlo.

Sin embargo, dado que él ordenó el castigo, debió haber escuchado nuestra conversación…

En ese caso, sentí desesperación. No estaba muy segura de cómo debería enfrentar a Zachary. Me sentí muy avergonzada desde que sentí que le había hecho mal a él.

Zachary guardó silencio. Joshua no se atrevió a quedarse más tiempo y rápidamente ondeó la mano.

“Iré a buscar al asistente Yair. ¡Lo buscaré ahora mismo!”, dijo sonriendo.

Joshua rápidamente salió del garaje.

Zachary se inclinó y me levantó del suelo.

Estuve en cuclillas durante mucho tiempo. Mi pierna estaba entumecida y no podía pararme correctamente, así que tuve que agarrarme del brazo de Zachary.

“¿Por qué volviste hoy?”, le dije como implorando.

“Joshua llamó y dijo que estabas ayudando con el rescate en el mar. Estaba preocupado por ti, así que regresé a Ciudad Tong antes”.

De repente, Zachary me cargó como una princesa y caminó hacia el pequeño y estrecho ascensor.

Me sentí en conflicto. Quería disculparme, pero no tuve suficiente valentía. Lo que sucedió con Dixon no fue culpa mía, pero al final le hice daño a Zachary.

Además, le hice activar el localizador GPS global. Desde una perspectiva diferente, si Zachary me hubiera hecho usar mis recursos para salvar a su amante anterior, me habría sentido triste también.

‘Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti’.

Entendí claramente el significado de esa frase, pero no tuve otra opción cuando se trataba de una cuestión de vida o muerte…

Sin embargo, su reacción se mantuvo tranquila como el agua.

Fruncí los labios y volví a preguntar de mala gana. “¿Realmente no te molesta?”.

Zachary me miró con los ojos entrecerrados, pero revirtió su pregunta con indiferencia: “¿Tú deseas que me molestara? ¿Qué tipo de reacción querías ver?”.

Zachary era un hombre inteligente. Fácilmente podría adivinar mis pensamientos.

Avergonzada, dije: “Perdón”.

“No pude enojarme”, explicó Zachary.

¿No sabía cómo enojarse conmigo? ¡¿Podría ser que él sintió que yo no tenía la culpa?!

Quizás, su personalidad era simplemente así. No le importaría lo que enfrentara y podría mantener la calma sin importar lo que sucediera.