El Amor Eterno romance Capítulo 266

Me acerqué y le di a Zachary un fuerte abrazo. Su cuerpo estaba un poco rígido mientras él levantó la mano para frotar mi cabeza.

“Es casi de mañana”, él murmuró. “Descansa un poco. Todavía necesito ir a Ciudad Wu más tarde”.

Pregunté sorprendida: “¿Por qué te vas tan pronto?”.

Desde que lo conocí, siempre regresaba a casa solo por un día. No es de extrañar que aún así llegara a tiempo, sin importar en qué ciudad estuviera.

“Algo sucedió de repente”.

Zachary me besó familiarmente, pero me sentí un poco decepcionada.

Tomé mi ropa de dormir y me fui a duchar. Después de lavarme, salí y vi que Zachary ya se había puesto su traje y volvió a su usual apariencia rigurosa.

Me paré junto a la puerta del baño mientras cruzaba mis brazos. Pregunté con desgano: “¿Cuándo te vas?”.

Zachary frunció sus labios. “En un rato”.

No pude soportar dejarlo ir, pero no pude evitar que se fuera.

“Oh, Cuídate”, le recordé.

Él asintió en respuesta.

Me di la vuelta y volví al dormitorio para acostarme en la cama. Poco después, la puerta del dormitorio se abrió desde fuera. Contuve la respiración cuando lo sentí acercándose.

Se inclinó y me dejó un beso en la mejilla. Me volví y agarré sus mangas, mirándolo con agravio.

Zachary tocó mi nariz con cariño suavemente con su dedo.

Después de un tierno momento, me acosté en la cama mientras observaba a Zachary. Él estaba lleno de energía cuando se volvió a poner el traje y finalmente dejó mi condominio.

Después de que él se fue, caí en un profundo sueño. Cuando me desperté de nuevo, ya era de tarde. Agarré mi teléfono celular y vi un mensaje de Sean. Me había enviado un mensaje hace seis horas y me invitó a reunirme con él.

No respondí a su mensaje, principalmente porque me había molestado que cooperara con Joshua en incriminarme anoche.

Guardé mi teléfono y me levanté para prepararme. Mientras tanto, también me preparé una taza de medicina. Después de terminar la bebida medicinal, recibí un mensaje de mi profesora de piano.

Señorita Green: “Carol, ¿estás libre?”.

Caroline: “Sí, estoy libre. ¿Cuál es el asunto?”.

Señorita Green: “Tengo dos clases mañana por la mañana, pero no puedo asistir debido a un asunto familiar. ¿Podrías ser mi profesora sustituta y organizar la clase para mi alumno?”.