El Amor Eterno romance Capítulo 316

Debido al clima helado de esa noche, Zachary no hizo nada más porque temía que yo pudiera sufrir de frío. En cambio, se levantó y me preparó la cena.

Me senté a su lado, jugueteando con el telescopio para observar el cielo lleno de estrellas. Al final, apunté con el visor hacia él para observarlo teniendo las estrellas a sus espaldas. Quería pasar el resto de mis días así con él.

Quería pasar el resto de mi vida con él.

En ese momento, honestamente pensé que podría estar con él para siempre. Sentí que podíamos enfrentarnos a cualquier cosa.

Había olvidado que los sueños y la realidad eran, en última instancia, diferentes.

Al final, no pude ver la aurora esa noche. Estaba desanimada. Zachary notó que estaba decaída y él sugirió que nos quedáramos dos noches más.

Con mucho gusto acepté la oferta, pero mi cuerpo no podía soportarlo.

Tenía fiebre y Zachary tuvo que llevarme al hospital. Me cuidó durante dos días y me llevó de regreso a Ciudad Tong en un helicóptero.

De regreso a Ciudad Tong, permanecí hospitalizada. Mientras tanto, Zachary tuvo una emergencia y tuvo que regresar a Europa. En privado, escuché a Joshua decir que las cosas eran un desastre allá.

Nunca he estado al tanto de la vida de Zachary y, por lo tanto, no tenía idea qué quiso decir él. Además, Joshua tampoco me dio más explicaciones.

Mi fiebre se agravó y terminé hospitalizada por medio mes. Durante ese tiempo, Zachary no regresó y apenas me contactó. Cada vez que le enviaba mensajes, me decía que no pensara en él.

Cuando estaba hospitalizada, recibí muchas malas noticias. Por ejemplo, Dixon estaba adquiriendo lentamente todas las pequeñas empresas con las que Corporación Shaw planeaba cooperar. La familia Gregg también cortó todos sus negocios con la Corporación Shaw.

No era solo la familia Gregg. Otras familias también estaban haciendo lo mismo.

Era como si la fortuna acumulada de la Corporación Shaw a lo largo del siglo estuviera a punto de desaparecer algún día. Estaba ansiosa. Arrastré mi cuerpo enfermo a la oficina para defenderme fuerte, pero las malas noticias seguían llegando todos los días.

Sabía que la familia Schick era mi única esperanza en ese momento. Sin embargo, no estaba dispuesta a arrastrar a Zachary a esto, ni quería que la madre de Zachary me despreciara. No quería que pensara que yo solo sabía depender de Zachary.

Al ver que la Corporación Shaw se dirigía a un callejón sin salida, mi supuesta madre biológica usó un teléfono desechable para llamarme.

Incliné mi exhausto cuerpo sobre el escritorio de mi oficina mientras colocaba el teléfono junto a mi oído para escuchar la fría voz de ella.

"¡Si dejas a Zachary, salvaré la Corporación Shaw!".

Al escucharla mencionar a Zachary, estaba aún más confundida.

"¿Cómo supiste que estoy con él?".

“Presidenta Shaw, a la Corporación Shaw le quedan muy pocos fondos declarados. Aunque las familias nos pagaron las multas por incumplir el contrato, el hecho de que todo sucedió al mismo tiempo y tan repentinamente… Los rumores se están difundiendo y la Corporación Shaw está muy afectada. Los accionistas se dieron cuenta de que algo andaba mal y empezaron a desligarse de sus acciones. A menos que suceda algo, las acciones de la Corporación Shaw se hundirán. Como mucho, podemos aguantar otros cinco días".

Murmuré: "¿No hay esperanza?".

"Presidenta Shaw, el Sr. Gregg conoce la Corporación Shaw como la palma de su mano".

Si él fuera alguien más, todavía tendría esperanzas. Sin embargo, la afirmación de mi asistente de que él sabía todo, destruyó toda la esperanza que tenía en mi corazón.

El hombre que estaba en mi contra había sido el que más había querido después de todo. Yo fui quien entregó la Corporación Shaw en sus manos. Él sabía dónde estaba exactamente la debilidad de la Corporación Shaw. Sabía muy bien cómo derribarme.

Recordando una llamada telefónica con el asistente Yair, recuerdo que afirmó que Yara era una persona desinteresada. Como no pude quedármelo, también podría regalarlo.

Planeaba regalar la Corporación Shaw de manera gloriosa.

Le expliqué lo que pensaba en ese momento a mi asistente y le pedí que se pusiera en contacto con personas de organizaciones benéficas. Luego, le pidió que hiciera un anuncio final en el sitio web oficial.

Me miró dudoso.

"Presidenta Shaw, ¿tenemos que recurrir a esto?", él preguntó. "Una vez que se haga este anuncio, el arduo trabajo de siglo de la Corporación Shaw se reducirá a cenizas".