El Amor Eterno romance Capítulo 523

Al final, la vida de mi madre fue salvada. Wallace se levantó y caminó hacia mí.

Miró al anciano y dijo sonriendo: “Todavía necesito organizarle un funeral”.

Me estremecí ante su sonrisa irónica.

Le recordé: “Después de todo, él sigue siendo tu familia. Creciste bajo sus alas. Espero que puedas ser más amable”.

“Carol, ¿crees tú que no soy amable?”, dijo frunciendo el ceño.

Respondí con honestidad: “Al menos creo que no lo eres”.

Desde el incidente anterior, tenía mi teléfono en mi bolso y una llamada seguía conectada. Me sentí tranquila con Zachary a mi lado, así que no temí a Wallace.

A pesar de que él era un monstruo cruel, no parecía que tuviera intención de lastimarme. Todo lo que tenía en mente era madre.

También dijo que aparte de su madre, él se preocupaba mucho por mí.

Él se preocupaba por mí, así que guardó los riñones.

¡Su manera de preocuparse era repugnante y aterradora!

Wallace se quedó en silencio ante mis palabras y se veía solo. Miró al cielo nocturno fuera de la ventana, luego dijo: “Soy amable, pero mi amabilidad es solo para aquellos que me importan. Carol, espero que algún día me entiendas. Para entonces, comprenderás mis circunstancias”.

¡¿Comprenderlo?!

No tuve nada que decir. Me acerqué a madre y miré su rostro pálido. Le pregunté a Wallace: “¿Por qué me mentiste? Dijiste que ella…”.

“Espero que te preocupes más por madre y experimentes el sentimiento cuando recuperaste algo que perdiste”, respondió él. “Carol, madre te ama. Ella te ama profundamente. Espero que lo entiendas”.

“No tienes que recordármelo”, solté.

Después de eso, una persona con apariencia de mayordomo vino y notificó a Wallace sobre algo que yo no podía entender.

Wallace me miró: “Zachary está aquí”.

Era raro que él no se escondiera de mí.

Inconscientemente fruncí los labios. Wallace me ahuyentó: “Sigue adelante. Cuando madre quiera verte, te encontraré”.

“Sentí el fuerte amor de mi madre”.

“Bel, ¿por qué estabas sintiendo asco?”.

Ese par de riñones...

Le conté a Zachary sobre todo. Su expresión se volvió fría de inmediato mientras me prometía: “Lo manejaré por ti”.

“No siento nada más que repugnancia”, me estremecí.

Sentí náuseas cuando volví a pensar en ello. ¡Sentí como si hubiera un remolino en mi estómago!

Zachary me abrazó con fuerza en sus brazos. Bajó un poco la cabeza mientras me miraba, con su mirada profunda pero llena de luz. De repente, sentí sus finos y fríos labios rozando los míos, suavemente, delicadamente, y repetidamente.

Lo empujé y murmuré: “Sucio”.

No podía creer que él no se sintiera molesto por mí...