El Amor Eterno romance Capítulo 772

Wallace quería la custodia de Ralph. Él tenía que estar soñando. No se trataba de si se lo merecía o no; no existía tal cosa como que los niños dejaran a sus padres, ¿cierto?

Especialmente cuando Wallace tenía problemas de salud mental…

Él era un maníaco.

¡Yo nunca le dejaría criar a Ralph!

Estaba preocupada de que pudiera herir sus sentimientos, así que dije en voz baja: “Ralph todavía es joven, ¡nunca te lo daré! Además, soy madre, por lo que no puedo dártelo. ¡Deja de hacer solicitudes como esta!”.

Wallace tenía las palmas abiertas: “Muy bien, entonces, ya que le tengo rencor a Zachary, ¡le causaré problemas de vez en cuando!”.

Estaba enfurecida: “¿Vas a ser tan inmaduro?”.

“¡Yo soy muy inmaduro!”.

Lo ignoré y dejé que Leo lo atara. ¡Leo lo llevó al helicóptero y luego me preguntó a dónde quería enviarlo!

Fulminé con la mirada a Wallace, quien parecía tranquilo, y luego dije: “Donde sea; ¡solo no dejes que se quede en Finlandia!”.

Me quedé mirando el helicóptero hasta que despegó, luego seguí a Leo de regreso a la mansión. No había luz en absoluto en la mansión de al lado, pero Leo me dijo que Blueson Ai estaba de vuelta a la mansión. Me pregunté cómo les estaría yendo.

¡Había algunas cosas que solo ellos podían resolver!

¡Esperaba que Summer estuviera en un estado mental estable!

Vi que los dos niños aún no estaban dormidos cuando entré a la mansión. Ellos estaban con Zachary, ¡parecían muy obedientes!

Sonreí y le pregunté a Zachary: “¿Ellos lloraron?”.

Zachary respondió: “Bella lloró”.

Pregunté: “¿Por qué lloró?”.

“Lloró porque tenía hambre; la niñera le dio de comer hace un momento. Ellos deben dejar de beber leche después de dos meses más. En un abrir y cerrar de ojos, ya casi cumplen un año”.

Recogí a Bella del suelo: “No es tan pronto, ¿verdad?”.

“Nacieron en agosto; todavía quedan tres meses para eso”.

Los dos niños tenían nueve meses. Ellos podían gatear con facilidad y, a veces, podían ponerse de pie.

Sin embargo, ¡Ralph era terriblemente callado!

Él no hacía berrinches ni hacía ruido, pero a veces lloraba.

Pero no por mucho tiempo.