El Amor Eterno romance Capítulo 787

Leia El Amor Eterno - Capítulo 787

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Por supuesto que yo era parcial sobre Clifford.

No deseaba verlo volverse como Dixon en el pasado…

Además, deseaba que Elaine tuviera a alguien a su lado. Después de pensar en eso, tomé silenciosamente una decisión en mi corazón.

“Mjm. Deberías descansar primero”.

Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a mi asistente.

[Caroline: Envía a algunas personas más para vigilar Cinque. Una vez que ella haga un movimiento, ¡infórmame!].

¡Yo nunca permitiría que Cinque volviera a causar estragos!

Cuando subí las escaleras y encontré que Zachary todavía estaba durmiendo en el dormitorio. En el momento en que abrí la puerta y entré, abrió los ojos y me miró fijamente.

Me reí entre dientes y pregunté: “¿Cuándo te despertaste?”.

“Cuando regresaste a casa”, respondió Zachary.

Cuando volví a la villa, busqué a Zachary.

“¿Te desperté?”.

Él negó con la cabeza y preguntó: “¿Quién está abajo?”.

“Es Elaine. Elaine y Jade se quedarán aquí por el momento. Por cierto, esas palabras que Martti dijo en el hospital… Sé que nos lo dijo deliberadamente. No te lo tomes en serio. Sé lo que debo hacer y lo que no debo hacer. No me involucraré en el asunto”.

Zachary tarareo ligeramente.

Recordé esas palabras que dijo junto al lago cuando estaba aturdido.

No estaba segura de lo que estaba pasando por su mente. ¿Por qué estaba celoso? No pude evitar pensar en Dixon. Ya sea que Zachary se estuviera refiriendo con sus palabras a Dixon o no, ¡creí que debería mostrarle a Zachary la firme resolución que tenía!

Besé su mejilla suavemente y dije de manera relajada: “Yo soy tu esposa. No tengo ningún amor persistente por Dixon. No importa lo que le suceda en el futuro, no es asunto mío”.

Su mirada se profundizó mientras preguntaba: “¿En serio?”.

“Señor Schick, ¿de qué te preocupas?”.

Zachary ladeó levemente la cabeza. Le volví a besar y le dije: “En serio”.

“Tonta”, dijo Zachary con una sonrisa.

Me burlé de él a propósito: “¿Por qué estás sonriendo?”.

Zachary me miró con los ojos entrecerrados: “Es divertido burlarse de mí, ¿cierto?”.

“Ja, ja, ja, mi esposo es tan lindo”.

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