El Amor Eterno romance Capítulo 815

El hombre pasó elegantemente junto a mis guardaespaldas detrás de mí. Poco después, su figura desapareció en la noche. Retiré la mirada y continué mi viaje cuesta arriba.

Una hora después, vi finalmente a Yara. Cuando ella me miró, pude ver que estaba empapada y que su cabello largo estaba desordenado. Me apresuré a acercarme a ella y la cubrí bajo mi paraguas para después darle la ropa que le llevé.

Yara se estremeció y suspiró. "¡Me muero de frío!".

Ella me siguió cuesta abajo. No podíamos cubrirnos las dos bajo un paraguas, por lo que mis guardaespaldas se movieron rápidamente y nos entregaron rápidamente otro paraguas. Yara lo tomó y lo sostuvo por encima de su cabeza.

Ella dijo agradecida: “Gracias. ¡Me salvaste la vida hoy!".

"Ja, ja", me reí. "¿No es eso demasiado serio?".

"¡Lo hiciste! ¡No sabías lo aterrorizada que estaba cuando bajé por aquí! Pasé junto a algunas tumbas hace un momento. Es extraño que las tumbas estuvieran junto al camino. ¡Es tan aterrador!".

El hombre de antes dijo que subió la colina para ver a su viejo amigo.

“¿Quién te manda a dar un paseo en coche en medio de la noche?”, le dije.

Yara dijo desanimada: "He estado en Ciudad Wu todo el tiempo. ¡Rara vez regresaba a Ciudad Tong y me divertía con mis hermanos! ¡Lo eché mucho de menos! Ahora creo que no es bueno que esté casada. Me siento distante de mi antigua vida y mis amigos".

Después de que Yara y Lance se casaron, ella se mudó a Ciudad Wu, pero solo se estaba quedando temporalmente en la ciudad. Lance era pianista, por lo que ella tenía que volar por todo el mundo. No era fácil para él tener una corta estadía en un lugar.

Durante esos momentos, ella tuvo que haber estado muy aburrida.

“Cuando amas a alguien, siempre tendrás que hacer sacrificios. Sin embargo, obtendrás una recompensa significativa. Al menos estás satisfecha con el hombre que está a tu lado".

Al menos Yara no se sentiría sola, ya que ella, finalmente, tenía un sentido de pertenencia.

"Eso es cierto", dijo Yara y de repente preguntó: "¿Es ese mi hermano?".

"Lo siento. Mi coche tuvo una avería”, explicó ella.

“Mjm. Vámonos a casa”, dijo él.

Los cuatro caminamos juntos por la montaña. Una hora más tarde, pasamos por el área del deslizamiento de tierra y luego tomamos caminos separados mientras conducíamos a casa.

Esperé a que ellos se fueran primero antes de encender el motor de mi coche. Había siete u ocho coches detrás de mí. No sería conveniente que les continuara bloqueando el paso.

Había pasado mucho tiempo y casi olvido cuando comencé a llevar tantos guardaespaldas conmigo. Empecé a hacer eso por Dixon.

Inicialmente, tenía a mis guardaespaldas a mi alrededor para protegerme de él.

Eventualmente, me acostumbré a ello.