El Amor Eterno romance Capítulo 844

“Carol, siempre he sido un hombre decidido que sé lo que quiero. Tampoco soy irracional, como creen los demás. Es solo que soy demasiado caprichoso y poderoso, hasta el punto que no me permitieron echarme atrás. Ellos se unieron para destrozarme”.

“Carol, en ese entonces, ellos se aprovecharon de mi oportunidad para crecer contigo en Ciudad Wu. Ahora eres la esposa de otra persona”.

“Carol, puedes estar segura”.

¡¿De qué debería estar segura?!

Escuché esas palabras claramente. Sin embargo, me olvidé por completo de ellas al día siguiente cuando me desperté. No quedó nada, solo la vaga sensación de que tuve un sueño la última noche, pero no recordaba nada de él.

Me masajeé las sienes y me levanté para abrir la puerta del coche solo para ver a Lucas todavía sentado junto a la hoguera. Parece que la hoguera nunca se apagó.

Me acerqué a preguntarle: “¿Cuándo nos vamos?”.

“Mjm, ahora mismo”.

Lucas se levantó y pasó a mi lado para llegar al asiento del conductor. Ya no me senté en la parte de atrás, sino que tomé el asiento del copiloto.

En ese lugar, mi mareo por movimiento sería más leve y, con suerte, mi cuerpo podría soportar el día.

Entré en el coche y bajé la ventanilla para apoyar la cabeza en ella con una pequeña almohada en el medio. Fue cómodo sentir la brisa de esa manera.

El viaje fue demasiado silencioso. Cuando pasamos por un pueblo, Lucas me llevó para surtirnos y volvió a comprar un montón de raciones.

Una vez que regresé al coche, me sentí aburrida y le pregunté: “En ese entonces, ¿cómo sobreviviste?”.

“Me salvó un inglés que estaba de vacaciones en un barco privado mientras escapaba del intento de asesinato de ellos. En aquel entonces, tuve amnesia momentánea y me olvidé de todo. El hombre simpatizó conmigo y me acogió. Al ver que todavía era joven, me envió a la escuela para que estudiara psicología. He estado estudiando y enseñando en Inglaterra durante los últimos nueve años”.

“¿Acabas de recuperar tus recuerdos?”.

Respondió sin reservas: “Sí, ya han pasado tres meses desde que los recuperé”.

Pregunté con curiosidad: “¿Qué edad tenías en aquel entonces?”.

“Veintitrés, tres años mayor que su esposo”.

En ese momento, Lucas tenía 32 años.

“Sí, mi hija es la que más se parece a mí”. Me reí entre dientes.

“¿Cuáles son sus apodos?”.

“Gran León y Leoncita”, respondí.

Respondió con un “mjm” antes de pasarme el teléfono. De repente, la atmósfera entre nosotros se volvió más cálida. No éramos dos enemigos, sino dos viejos amigos de viaje.

Lucas era completamente diferente de Nébula, de quien otros hablaban. El Lucas que conocí tenía una personalidad cálida.

Sin embargo, las cosas que le hizo a Wallace todavía estaban frescas en mi mente. Sin embargo, no hizo nada malo. Después de todo, fue Wallace quien buscó problemas primero.

Le pregunté con tranquilidad: “¿Por qué dijiste que no vas a tener esposa? Además, ¿fuiste abusado constantemente cuando eras joven?”.

“Señorita, ya se lo he dicho. La persona que amo está casada. Ella está feliz en este momento y no destruiré su felicidad”.

Acepté su respuesta y pregunté: “¿Ella sabe que la amas?”.