El Amor Eterno romance Capítulo 875

Tomé una mochila y subí personalmente a la montaña con una docena de personas. Empezó a llover cuando estábamos a la mitad de la montaña y fue difícil buscar a alguien.

El GPS era inútil en ese momento.

Él no tenía ningún equipo digital con él.

Él podría haberlo dejado caer porque temía que Zachary lo usara para encontrarlo.

Llegamos a una intersección después de caminar unos diez minutos. Separé a mis hombres en dos grupos y seguimos subiendo la montaña. En ese momento, solo quedaban de siete a ocho personas a mi lado y fue alrededor de media hora más tarde cuando llegué a la cima de la montaña. ¡Caminé rápidamente con ellos y casi colapso de agotamiento!

Caminé con dificultad en mi impermeable. En ese momento, hubo un movimiento frente a nosotros y me agaché rápidamente mientras miraba a mis guardaespaldas: “¿Quién es?”.

“¡Jefa, es Emmi!”.

Emmi también había descubierto el movimiento de nuestro lado. Se acercó sosteniendo un paraguas y preguntó con sorpresa: “¿Qué haces aquí?”.

No le respondí, ya que no quería.

Emmi preguntó como si estuviera disfrutando el momento: “¿A quién estás buscando?”.

Le puse los ojos en blanco directamente y dije: “¡No tiene nada que ver contigo!”.

No pasaba nada entre mi y Emmi en ese momento.

Sin embargo, no estábamos en una situación en la que pudiéramos comunicarnos pacíficamente.

“Déjame adivinar, ¿estás buscando a Dixon? Dixon caminó hacia esa dirección”. Emmi señaló hacia el oeste. Luego señaló hacia el este: “La persona que busca Zachary parece estar aquí, pero no estoy segura de los detalles. Su rastro de GPS se detuvo aquí y acabo de tomar el teléfono celular de Dixon. ¡Todavía no he encontrado a Nébula! Creo que es mejor si abandonas rápidamente la montaña para que Zachary no descubra que estás aquí por Dixon. Si no, ¡no lo dejará ir!”.

El cerebro de cerdo de Emmi pensó que yo estaba allí por Dixon.

Miré el teléfono celular de Dixon en sus manos y ya estaba aplastado hasta el punto en que nadie podía distinguir cómo se veía originalmente. Ignoré a Emmi y me dirigí hacia el este del lugar que ella señalaba.

En el camino, le envié un mensaje a Leo.

Lucas tenía miedo de que filtraran su ubicación.

Entendí la razón por la que él hizo eso.

Yo estaba jadeando y mi respiración solo volvió a la normalidad después de mucho tiempo. Miré hacia arriba y comencé a mirar a Lucas. La ropa que tenía puesta estaba mojada y no tenía ni idea de cómo estaban sus heridas porque estaba lloviendo.

Sin embargo, él debía estar en mal estado después de estar bajo una lluvia tan intensa.

Dije rápidamente: “¡Tengo ropa conmigo!”.

“Gracias, señorita. ¡Por favor, sígame primero!”. El rostro de Lucas estaba extremadamente pálido y la campana en su muñeca seguía sonando mientras caminaba. Lo seguí hacia la otra dirección y le pregunté con curiosidad: “¿Por qué usted, un hombre, usa algo como esto que pertenece a una niña?”.

Él replicó suavemente: “Alguien me lo dio”.

Pregunté subconscientemente: “¿Tu interés amoroso?”.