El Amor Eterno romance Capítulo 896

¿Por qué Zachary estaba triste?

¿Él estaba lidiando con algo?

Extendí la mano y toqué su frente. De repente, Zachary comenzó a murmurar para sí mismo.

"Señora Schick, no te ignoré a propósito".

Levanté las cejas. "¿Mm?".

"Te amo demasiado", agregó él.

Quedé estupefacta.

Solo dije: "Pero me entristeciste".

"Querida, lo siento...".

Su disculpa fue preciosa.

Bajé la cabeza y besé la comisura de sus labios. De repente, Zachary abrió los ojos. Me miró confundido y dijo: "Me besaste en secreto".

Me quedé sorprendida de nuevo.

¿Cómo podía ser tan lindo ese hombre?

"No te besé en secreto", le dije.

Lo besé abiertamente.

"¿Ah sí? Bueno, ahora me debes una”, dijo él.

Zachary era tan atractivo cuando estaba borracho. Miré a un lado y vi una botella vacía en la mesa del bar.

Zachary bebió mucho, pero aún estaba consciente. Al menos no era ruidoso cuando estaba borracho.

Me recosté sobre su hombro y le pregunté: "¿Cómo debería pagarte?".

"Cierra tus ojos. Yo también quiero besarte en secreto".

Cerré los ojos obedientemente. Poco después, un aliento fresco aterrizó en la comisura de mis labios. Podía oler el alcohol en su aliento. Abrí los ojos lentamente y miré a Zachary.

Zachary me miró con los ojos entrecerrados y preguntó: "¿Qué estás haciendo?".

Él se escuchaba tan inocente.

Confundida, le pregunté: "¿Qué?".

“Sí. La señora Schick te ama".

...

Por la mañana, una llamada me despertó. Fue Summer quien llamó, pero no fue importante. Ella lo único que me dijo fue que Evanesce envió su carta de renuncia. Evanesce regresaría a Europa la semana siguiente para heredar su negocio familiar.

Supuse que tal vez la familia Zich le dio un ultimátum. Si no, también podría haber sido por intervención de Eason.

Summer y yo charlamos tranquilamente y colgamos poco después.

Miré a mi alrededor y no vi a Zachary en el dormitorio. Me levanté y lo encontré leyendo el periódico en el sofá de afuera. Él tenía su expresión fría habitual. Comparado con el adorable borracho del día anterior, se veía bastante diferente en ese momento.

Sonreí y le pregunté: "¿A qué hora te despertaste?".

Él desvió la mirada y dijo: "Justo ahora".

"Estabas borracho anoche", le dije.

Me miró con los ojos entrecerrados. "¿Qué?".

Me acerqué a él y me acurruqué en sus brazos. Descansé mi cabeza en su hombro y le pregunté: “Estabas parloteando mucho anoche y lo grabé. ¿Quieres que veamos el video juntos?".