El Amor Eterno romance Capítulo 922

“Oh”, le respondí a Clifford.

Regresé a mi habitación del piso de arriba.

Me quité los tacones altos y me acosté en la cama. El chat grupal estaba lleno de mensajes nuevamente. Abrí el chat grupal y los vi charlando sobre temas aburridos.

Cuando inicié sesión en mis redes sociales, volví a ver las noticias virales sobre Zayn Todd.

Zayn era, de hecho, una celebridad muy popular.

No solo eso, las noticias sobre él nunca fueron sobre escándalos. Era natural que no tuviera ninguno. Después de todo, él todavía era joven.

Jugué con mi teléfono en la cama, pero me aburrí. Zachary estaba en casa de Charles y los niños no estaban en casa. Justo cuando comencé a sentirme sola, Lance me envió un mensaje.

[Lance: Pequeña dama, ¿está libre?].

Lance rara vez me contactaba, así que me sentía rara.

[Caroline: ¿Qué ocurre?].

[Lance: Necesito un pianista aquí].

La intención de Lance era clara.

[Caroline: ¿A dónde?].

[Lance: El salón de música cerca de la casa de té].

Sabía en dónde estaba. Me encontré con Lance en esa sala de música después de nueve años de gustar de él.

[Caroline: Bien. Llegaré en breve].

[Lance: No tenemos un vestido formal. Pequeña dama, por favor, prepara tú misma tu atuendo].

Me levanté y fui a mi armario. Elegí un vestido blanco plateado con hombros descubiertos. La cola de la falta medía aproximadamente un metro de largo. Me tomé mi tiempo: me puse pacientemente un maquillaje delicado y elegí un color rojo rosa para mi lápiz labial. Llevaba mis dos anillos de la familia Schick y nada más. Además de eso, también me puse un par de cadenas para las orejas, combinadas con un collar delgado en mi cuello. Ya que estaría tocando el piano más tarde, me quité el brazalete que Zachary me dio. Finalmente, ricé mi cabello en grandes rizos ondulados.

Cuando terminé de vestirme, bajé las escaleras. Clifford, que estaba sentado en el sofá, sintió curiosidad cuando me vio en mi atuendo. Preguntó de inmediato: “¿A dónde vas con una apariencia tan buena?”.

“Me dirijo a una actuación musical. ¿Quieres venir?”

“Paso. Los niños no están en casa”, rechazó Clifford.

“Oh”, repliqué y luego respondí: “¿Están ambos libres?”.

Evanesce asintió y preguntó: “¿Por qué te vestiste así?”.

“Tengo una actuación musical más tarde. ¡Los invito a los dos!”.

Al escuchar eso, Evanesce aceptó con gusto: “¡Voy a ir!”.

Miré a Zayn y le pregunté: “¿Qué hay de ti, señor Todd?”.

Zayn asintió y dijo: “Seguro. No tiene que llamarme señor Todd. Puede llamarme Zayn”.

El joven era un hombre cortés.

Después de eso, dejé la casa de té y me quise apresurar a la sala de música. Evanesce me persiguió y me agradeció.

“¡Gracias! ¡Eres mi mejor compañera de equipo!”.

Le pregunté perpleja: “¿Por qué me elogias de la nada?”.