El Amor Eterno romance Capítulo 930

No podía comprender por qué Zachary dijo eso.

A pesar de ello, no tenía interés en hacer más preguntas. Guardé los gruesos documentos que tenía en la mano y se los di a Zachary. Luego, actué de manera coqueta y dije con voz de gatita: “Segundo hermano, ya que estás aquí, ¿quieres ayudarme a trabajar en esto?”.

Zachary esbozó una sonrisa de impotencia. Preguntó: “Pero esto es muy poco”.

De hecho, Tucker solo enviaba unos pocos documentos a Ciudad Wu diariamente. Con la cantidad de trabajo, normalmente yo podría terminarlo en unas pocas horas. Sin embargo, ¡Zachary estaba conmigo!

Él era mi hombre. Era el hombre en que confiaba. No tenía miedo de que husmeara en los secretos de la Corporación Schick. Además, Zachary era un hombre excepcional. Definitivamente, él resolvería los asuntos de esos documentos mejor que yo, así que me sentí cómoda.

Vale, bien. Lo admito: solo era perezosa.

Zachary se sentó en mi silla y me ayudó a trabajar en los documentos. Mientras tanto, acerqué un taburete y me senté a su lado. Abracé su brazo y le observé. Cuando él trabajaba, siempre llevaba una expresión muy solemne y tenía una actitud seria.

Zachary procesó el trabajo muy rápidamente. Cuando solo quedaban dos o tres juegos de documentos, su teléfono sonó de repente. Saqué su teléfono del bolsillo y vi que era Charles quien llamaba.

Parecía que Charles había estado contactando a Zachary frecuentemente.

Respondí a la llamada por Zachary y pregunté: “¿Qué pasa?”.

Con un tono urgente, Charles preguntó con ansiedad: “¿Dónde está Zachary?”.

“Él está aquí”. Le pregunté a Charles: “¿Qué ocurre?”.

“Sálvame rápido”, dijo él.

Zachary detuvo su bolígrafo en la mano. Escuché a Charles mientras maldecía continuamente a través del teléfono.

“Stefan me está persiguiendo como un perro rabioso. Me estoy escondiendo en el garaje. ¡Ven y sálvame, rápido!”.

Zachary se levantó y dijo: “Voy e iré a echar un vistazo”.

“Vale. Daté prisa y ve”, dije.

Zachary salió de mi despacho a toda prisa. Tomé el bolígrafo y trabajé en los dos documentos restantes. Después de terminar con mi trabajo, encontré un nuevo mensaje que Summer me había enviado.

[Summer: Evanesce acaba de irse en avión].

Chuck sonrió y explicó: “Presidenta Shaw, solo somos amigos”.

La frustración crecía en mi corazón. Siempre sentí que había olvidado algo.

“Oh”, le respondí a Chuck.

Pensé que debía visitar a Wallace en el hospital, ya que estaba libre. Poco después, llegué al hospital. Cuando pasé por el jardín, vi a Lucas sentado en una silla de ruedas. Me puse delante de él y me quedé mirándolo un rato.

Me resultaba familiar, pero al mismo tiempo, era un extraño.

Pasé por delante de él y entré en el hospital. De repente, Lucas se expresó y me llamó: “Señorita, estamos realmente predestinados”.

Me detuve y le pregunté: “¿Qué?”.

“Señorita, nos acabamos de ver ayer”.

“¿Eh?”. Tuve que pensar un rato y de repente recordé: “Cierto, nos vimos ayer en el hospital. Te pregunté cómo acabaste en la silla de ruedas”.