El Amor Eterno romance Capítulo 964

"Pequeño diabla, deja de seducirme".

Me metí al mar y comencé a chapotear. Después de nadar uno o dos metros, me hundí. Me levanté y la cima de la ola se acercó desde lejos que luego fue seguida por una pared de agua de unos pocos metros de altura.

Le pregunté a Zachary con entusiasmo: "¿Sabes surfear?".

Él respondió: "Sí".

"¿Puedes pilotar aviones?".

"Sí. He tomado clases para eso”, dijo.

“Puedes pelear, disparar, surfear, cocinar, pilotar aviones, escribir caligrafía y también lucir guapo. Incluso estudiaste psicología... y muchas otras cosas. Segundo hermano, realmente parece que lo sabes todo".

Él preguntó: "¿Ser guapo se puede contar en una lista así?".

"Ese no es el punto. El punto principal es que eres increíble".

Zachary sonrió sin valor. El borde de sus labios se curvó cariñosamente.

Me acosté en el muelle y dije con entusiasmo: “Enséñame a nadar después de que te hayas recuperado. También puedes enseñarme a surfear y disparar".

Zachary sonrió y preguntó: "¿Qué tal si te enseño caligrafía?".

Rechacé la idea rápidamente y dije: "No voy a aprender eso".

Él rio alegremente.

Me di la vuelta y me escondí en el mar. Después de remojarme un rato, me levanté, me envolví con una toalla de baño y me acosté a su lado. Él se movió de lado y peinó mi cabello húmedo y desordenado con sus delgados dedos.

Cerré los ojos y lo llamé cómodamente: "Segundo hermano".

Me respondió en voz baja: "¿Mjm?".

"Estoy realmente feliz".

Tenerlo acompañándome me hizo muy feliz.

“Bien. ¿Quieres dar un paseo por la isla?”.

Abrí los ojos y pregunté: "¿Qué hay en la isla?".

Zachary no respondió mientras lo miraba. En cambio, bajó la cabeza y me dio un beso por encima del ojo sin ninguna razón antes de decir: "Tus ojos son realmente hermosos".

“El estado original es bastante bueno. ¡Quizás haya muchas cosas interesantes aquí! Eh, segundo hermano, ¿qué es esta fruta roja?”.

Había un arbusto más abajo en el camino que tenía muchos frutos rojos creciendo en él. Zachary eligió uno, me lo pasó y dijo: "Pruébalo".

Pregunté con asombro: "¿Es comestible?".

"Es muy dulce", dijo él.

Le di un bocado y fue realmente dulce.

Pregunté con escepticismo: "¿Qué fruta es esta?".

"No tiene nombre. No sé".

Luego le pregunté: "Entonces, ¿cómo sabes que es comestible?".

"Lo he comido desde que era joven", respondió él.

"Oh. El sabor no es malo".

Zachary se puso en cuclillas y recogió otra fruta para mí. La recibí y le di un mordisco. Luego, de repente, él agarró mi cabeza y me besó.