La cara de Bruno era de todo menos agradable. "Basta, no sigas hablando. Este asunto no tiene nada que ver con Luben. Si alguien de aquí llega a difundir lo que pasó hoy en este lugar, esa persona será expulsada de la mansión de los Lández. Lo dejo claro aquí y ahora".
Virginia parecía no comprender lo que se decía. "¿Qué quieres decir con eso, Bruno?
¿Acaso no somos todos una familia? ¿Cómo vamos a divulgar esto afuera? ¡Si ni siquiera sabemos bien qué fue lo que pasó!"
A pesar del sudor frío que corría por su nuca, Virginia se enfrentaba a Bruno con firmeza.
Sabía que no podía ceder. Si mostraba cualquier signo de debilidad, él sin duda sospecharía de ella.
Incluso Anahí defendía a su madre. "Papá, eso que dices es demasiado. ¿A caso todos estos años de relación familiar no significan nada para ti?
Tus palabras son muy hirientes".
Las dos mujeres comenzaron a llorar, mientras Eloísa seguía inconsciente en la habitación, causando un dolor de cabeza a Bruno.
"Basta, no digan nada más. ¿Es que quieren que la vergüenza sea aún mayor?
Hablemos de esto en la mansión".
Luben, viendo la indecisión de Bruno, comenzó a preocuparse aún más por Eloísa.


VERIFYCAPTCHA_LABEL
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Beso que Atrapó a mi Señor Perfecto