El Beso que Atrapó a mi Señor Perfecto romance Capítulo 57

Verónica, al ver que parecía que la abuela quería creerle a Esther, la interrumpió de inmediato: "Abuela, no escuches sus excusas, no dejes que te engañe otra vez. Si realmente se sentía mal, ¿por qué no fue al hospital, pero se quedó aquí en la sala de descanso con un hombre? Abuela, nosotros, los Gómez, no podemos aceptar a una mujer con tal comportamiento. Esta Esther, tiene problemas de carácter, no solo tiene una relación extramarital, sino que también robó el reloj de Jacinta ayer. Si no me crees, pregúntale a Jacinta."

Jacinta, con una actitud de gran magnanimidad, negó con la cabeza, "Abuela Marisol, en realidad no me importa, solo perdí un reloj, no es gran cosa. Pero el comportamiento de Esther hoy... realmente le debe una disculpa a Adri…"

Esther, pálida, sonrió pero no se ocupó de Jacinta y los demás.

Se quitó la manta que tenía encima y, esforzándose por ponerse de pie, dijo a la abuela Gómez: "Abuela, creas o no, no he hecho nada que ofenda a la familia Gómez."

La abuela Gómez, al verla tan pálida y desamparada, quiso que se sentara antes de seguir hablando...

Pero Brayan, impaciente, se acercó y agarró el cuello de la camisa de Esther, diciendo: "¡Basta de excusas! ¡Nadie aquí creerá tus mentiras! Si tienes un poco de sentido, admite tu error y deja a la familia Gómez, ¡no esperes a que te echen!"

Pedro se acercó y quitó la mano de Brayan, "Déjala, ¿no ves que se siente muy mal?"

Brayan se rio, "¡Oh! ¿Así que la defiendes? ¡No me digas que no tienes una relación especial con ella!"

Pedro no se dignó a discutir, "¡Los que somos inocentes somos inocentes! Señorito Ibarra, sería mejor que no hables sin pensar, decir cosas equivocadas puede costarte caro!"

Pedro, que siempre llevaba una sonrisa en su rostro, ahora fruncía el ceño, con una mirada aguda que emanaba una cierta intimidación.

Brayan se sintió algo incómodo y murmuró, "No estoy hablando sin pensar, ustedes dos fueron descubiertos en la sala de descanso..."

Pedro ya no le hizo caso a Brayan, se giró y miró a Esther, que estaba débil, y le sostuvo el hombro tembloroso, "Esther, ¿cómo te sientes? ¿Estás bien?"

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