Después de una plática muy amena en compañía de la nueva tía Luz llego la hora de dormir, clarisa un chica muy amigable que es su asistente nos indicó que las recamaras ya estaban listas para cuando quisiéramos dormir.
-clarisa contrato a una chica de su entera confianza para que se quedara a dormir con los niños porque ustedes necesitan descansar- comento la tía Luz.
-gracias no es necesario, los niños pueden despertar en la noche y… -no me dejo terminar – y nada querida para eso se quedara Trini, con ellos es muy profesional los niños estarán bien recuerda que son mis sobrinos nietos, ve descansa que te consienta tu marido – comento y sentí que me puse de colores al recordar lo que paso esta tarde.
-Luisa ¿qué pasa?, vamos que no te de pena, se perfectamente que no están casados pero tienes hijos con él, no te preocupes que entendemos la situación y no soy tan espantada- comento Sara muy casual- luego me susurro al oído – aprovecha para que Julián ya no este molesto contigo- comento y me giño el ojo. Y se volvió hacia él.
-Julián, consiéntela esta noche, nada de reproches, ni enojos soy una pareja joven, disfruten la noche.- vamos a nuestros cuartos.
Al llegar a la puerta de la recamara Julián se acercó a mí con sus manos en mi cintura y me susurro al oído - vamos Luisa debo obedecer a mi suegra y consentirte, sé que despierto tus bajas pasiones lo pude sentir hoy por la tarde – si era muy cierto lo que me comentaba, pero al igual que por la tarde me quede muda. El abrió la puerta y me indico – entra –
Entre pero mis piernas estaban tan débiles me sentía muy nerviosa, estaba claro algo entre nosotros nos descebamos mutuamente pero si cedía a mis instintos como lo vería a la cara teníamos que convivir por muchos años.
Al parecer él se dio cuenta de mi nerviosismo y comento.
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