Bajo un cielo azul, a través de una tierra que brillaba con tonos púrpura y dorado, los arroyos corrían a través de ondulantes montañas y frondosos bosques repletos de demonios y bestias espirituales. En este mundo vibrante, innumerables hombres y mujeres estaban sentados con las piernas cruzadas, los ojos cerrados, envueltos en una tenue luz púrpura que irradiaba tranquilidad y paz.
Mientras tanto, James, acompañado por Thea y Quattro, se embarcaron en un viaje a través del Río del Tiempo. Mientras viajaban, se deslizaron hacia una realidad diferente, una marcada por un silencio inquietante, donde una quietud casi onírica reemplazó el clamor habitual del conflicto. El mundo estaba desprovisto de batallas, ofreciendo un contraste marcado y sereno con su entorno anterior.
Thea exclamó: "Qué abundante Providencia Espiritual".
Quattro miró a James y señaló: "Sus bases de cultivo son bastante altas. Parecen estar por encima del Daeclon Mahayana".
James asintió levemente. "Los más débiles son Emperadores, y la mayoría son Emperadores del Camino".
Thea preguntó sorprendida: "¿Son tan fuertes? Si salen del Río del Tiempo, no solo los seres de los Grandes Reinos, sino incluso los dioses de Zymurgy serían hormigas ante ellos".
James negó con la cabeza. "Es inútil".
Thea y Quattro intercambiaron miradas perplejas.
James entrecerró los ojos y explicó: "Están en el Rango Ritual. No pueden escapar ni autodestruirse para ser resucitados. Se han convertido en herramientas para producir Providencia Espiritual para la eternidad".
Los ojos de Thea se abrieron de par en par al darse cuenta y se cubrió la boca en estado de shock. "¿Son los títeres del Camino Waitara?"
La palabra 'títere' hizo temblar a Quattro.
Los títeres eran un tabú para los cultivadores. Incluso los más locos no se atreverían a crear tales abominaciones, temiendo una reacción violenta y la muerte, o peor aún, ser destruidos por una catástrofe irresistible.
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Usar seres que habían alcanzado forma humana para crear marionetas, especialmente a una escala tan grande, era un acto horrible.
Thea dijo rápidamente: "Las marionetas no pueden ser asesinadas. No podemos apresurarnos imprudentemente, o las consecuencias serían impredecibles". Quattro respiró profundamente. "Es la única forma de atravesar el Río del Tiempo. No podemos evitar..."
Antes de que pudiera terminar, James levantó la mano y teletransportó a Quattro a su espacio.
De repente, un hombre con una túnica bañada en luz violeta apareció ante ellos.
Al ver su rostro, Thea y James se sobresaltaron.
resistirte, y te mataré. Se convertirán en zombis atrapados para siempre en el Río del Tiempo".
James y Thea intercambiaron miradas perplejas, preguntándose si el hombre frente a ellos era realmente Xachary.
Su tono arrogante era
característico, pero no parecía ser
un títere en el Rango Ritual. Tenía su alma y conciencia. Sin embargo, era extraño que no los reconociera, dejándolos preguntándose si sus recuerdos habían sido borrados.
"¿Me escuchaste?" Xachary se dio la vuelta y los reprendió.
James y Thea intercambiaron otra mirada pero permanecieron en silencio, sonriendo levemente.
Xachary dio un paso atrás enojado y dijo: "¿Cómo se atreven ustedes, hormigas, a ignorarme? Deben tener deseos de morir".
"¡Apoderense de ellos! Envíen al hombre a la Sala de Extracción de Almas y a la mujer a mi palacio".

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