Al ver el texto en el móvil, Teresa cerró los ojos y tembló de tristeza, pero al final decidió rechazarlo con crueldad.
-Lo siento, no creo que tengamos algo de que hablar, así que no es necesario.-
Después de escribir este texto, Teresa movía su dedo sobre el botón de enviar por mucho tiempo, después de luchar, finalmente hizo clic.
Menos de dos segundos después, inmediatamente sonó la llamada de Milagros.
Después de recibir la llamada, Teresa ni siquiera la miró y decidió colgarla.
Sin embargo, él no se dio por vencido, sino que volvió a llamar unas cuantas veces más. Teresa se puso muy enfadada, mientras frunció el ceño, pero se sintió un poco de alegría inexplicable escondida en su corazón.
Teresa vaciló un momento. Al fin colgó la llamada decididamente.
Al otro lado del teléfono, Milagros originalmente quería explicarle a Teresa lo que vio ella el otro día,, ya no tenía nada que ver con esa mujer.
Pero Teresa estaba furiosa en aquel momento, ni siquiera escuchó su explicación en absoluto, e incluso decidió separarse de él.
Milagros estaba enojado, pero no tenía ningún remedio con Teresa, en ese momento, al ver el mensaje de Whatsapp que envió ella, dijo que quería romper la relación por completo, sólo tuvo que llamarla una y otra vez.
Tras volver a colgar el teléfono, Milagros frunció el ceño fuertemente, y su rostro se puso tan sombrío.
Milagros colgó el teléfono directamente, cogió la chaqueta junto a él, se la puso y caminó rápidamente hacia el aparcamiento subterráneo.
Ya que ella no quería contestar el teléfono, entonces fue a su casa en persona para dejarle las cosas claras a esa muje, quien no confiaba en él en absoluto ni tenía confianza en sí misma.
Después de que Teresa colgó el teléfono, esperaba mucho tiempo, pero esta vez, no pudo ver más llamadas.
Los dedos de Teresa apretaron el teléfono inconscientemente,soltó un suspiro de alivio, pero no pudo evitar sentirse decepcionada en el corazón.
¿Qué era esto? Dijo que lo explicaría, pero ni siquiera estaba dispuesto a insistir en hacer llamadas más, resultó que lo que pensaba ella efectivamente era cierto.
Teresa bajó la cabeza, mientras se quejaba, caminaba hacia su casa pateando piedras, pasara lo que pasara, decidió volver a casa primero, y no quería seguir pensando más en lo de Milagros.
Daba igual lo que había sucedido en el pasado, lo dejó sin hacer más caso, en cuento a los días en Hokkaido de Japón, y todo lo que pasó después de regresar aquí hasta ahora, era mejor que lo considerara como un sueño.
El sueño de que a Teresa le daba envidia a que su amiga había encontrado un marido, por lo que tenía muchas ganas de enamorarse de alguien, pero ahora, era la hora de despertarse, y naturalmente, todo desapareció.
Al llegar a la puerta de la casa Carballo, Teresa se quedó mirando el coche estacionado a la puerta, el modelo y la matrícula familiares le recordaron ese hombre involuntariamente, y hacía casi media hora, colgó su llamada.
Entonces…
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