-Interroga qué pasó.
Después de ordenarlo, Lorenzo se levantó de repente y, con el bastón estrechado, se marchó a gran paso del cuarto de estudio. Esta vez no vaciló, costara lo que costara, haría de desatar el enredo emocional de esa chica.
Al mismo tiempo, Olivia estaba en el sofá de una sala de bar, desatentamente agitando una copa de cóctel.
Ella estaba muy tranquila, por el contrario, Ichiro se quedaba descontento por la aparición repentina de Oscar. Él pensaba que podría resolver los problemas sobre lanzamiento para Laura.
-¿No dijiste que el pan era perfecto?
Ichiro estaba hasta la cabeza, mirándola con una cara hosca.
-Me prometiste que dejaría a alguien detenerlo que viniera al lanzamiento, ¿cómo lo hiciste? Olivia, ¿me estás tomando el pelo?
-Claro que no.
Olivia soltó una sonrisa ligera, acercándose a Ichiro para calmarlo.
-Todo estuvo listo antes, pero no esperaba que Oscar fuera capaz de librarse.
-¿No esperas?
Al darse cuenta del acercamiento de Olivia, Ichiro frunció el ceño de repente, y se inclinó hacia atrás para huirse del toque.
-Hay numerosas cosas que no pensabas, la realidad es que los esfuerzos resultaron vanos, abandoné tantos recursos humanos y materiales para lograr el efecto tuyo, ahora todo está en vano, ¿acaso me has engañado desde principio?
-Realmente no es así.
Olivia se quedó sin remedio. De verdad, lo pensaba como lo que había dicho, al mismo tiempo, no quería ofenderlo.
Olivia estaba muy clara de que Ichiro no era un tonto. Por eso, se sentó derecha.
-En realidad, aun siendo un fracaso, no pasa nada. Tengo un plan de reemplazo, quítese el enojo, ya que prometo ayudarte a ganar el amor de Laura, he de hacerlo.
Ichiro resopló con frialdad sin aceptar el compromiso ni la demagogia.
-Dime, pero si me entro de que me engañas esta vez, ¡estáis listos para enfrentaros con la ira de la familia Matsuda!
Cuando se mencionó la familia Matsuda, Olivia bajó la miraba para esconder el miedo en el fondo de los ojos. Los asuntos habían desarrollados como así, para Olivia, era imposible rendirse.
Al levantar la cabeza de nuevo, Olivia sonrió con mucha confianza.
-Por supuesto, estoy muy clara, señor Matsuda, no se preocupe, le permitiré obtener lo que quiere esta vez.
Ichiro se burló y quiso decir algo más, pero sonó de repente el teléfono de Lorenzo.
Olivia le miró pidiendo perdón, se levantó con el móvil y se marchó. Cuando vio el número, la sonrisa en su rostro desapareció instantáneamente.
Después de un momento de vacilación, Olivia ajustó la condición y cogió el teléfono.
-¿Con quién hablo?
La otra parte del teléfono guardó silencio.
Pensaba bien que debería apaciguarle el corazón, pero no podía decir ni una palabra en ese momento.
-Bueno.
Después de un rato silencioso, Olivia no pudo evitar soltar una sonrisa sarcástica.
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