Después de regresar a mansión, Lin Wei y Long Jie salieron corriendo y saludaron a Tangning mientras la agarraban con entusiasmo del brazo. Tangning simplemente se rió. Ella no iba a decepcionar sus expectativas; especialmente no las del hombre que tan atentamente la había ayudado tanto.
Long Jie notó que la mirada de Tangning se centraba en el hombre sentado en el sofá hojeando documentos. Ella sonrió descaradamente mientras empujaba a Tangning hacia él.
—Ya no seremos chaperonas, ¡apresúrate y hazle compañía!
Después de hablar, Long Jie y Lin Wei regresaron a sus respectivas habitaciones. Sin embargo, no mucho tiempo después, Long Jie salió corriendo sosteniendo su teléfono hacia Tangning sin poder hacer nada.
—Han Yufan está llamando, ¿quieres atender?
Tangning echó un rápido vistazo a Mo Ting antes de asentir, tomando el teléfono de las manos de Long Jie.
—Tangning, dado que la revista ha decidido no usarte, deberías regresar a casa primero. No tiene sentido que te quedes en los Estados Unidos. No culpes a mi hermana por ser implacable, lo hizo por el bien de Tianyi. La revista no estaba contenta contigo, así que no tienes el derecho de culpar a nadie— dijo Han Yufan, hablando como si todo lo que él y su hermana hicieron fuera lo correcto.
—Después de usarme, me echan a un lado, ¿y ahora quieres que yo acepte todo esto?
El tono de Tangning era tranquilo, pero contenía una ligera sensación de ridículo.
—¿Por qué no te rindes? ¿Por qué debes ir contra Mo Yurou? ¿Por qué no puedes dejarnos ir? —preguntó con impaciencia. Tangning se sintió como un equipaje pesado y molesto del que él estaba desesperado por deshacerse, pero ella continuó siguiéndolo.
—¡No hay razón para que deje en paz a gente despreciable! —exclamó. El tono de Tangning era firme. —Sé cómo es la industria. Hoy, Mo Yurou tiene respaldo, así que es capaz de pisarme y utilizarme para beneficiarse a sí misma. Pero eso no significa que seguirá siendo así de afortunada mañana...
—¡Ya no tienes ninguna posibilidad, déjalo así! El hecho de que amo a Yurou, no es su culpa. Mi hermana tenía razón, en verdad no tienes tolerancia.
Tangning repentinamente apretó su puño izquierdo. Sintiendo el cambio en sus emociones, Mo Ting extendió su mano reconfortante y la atrajo hacia su cálido abrazo.
Han Yufan era realmente una persona sin corazón, de lo contrario, no hubiera sido capaz de tratar a Tangning de esa manera. Tomó su amor y destruyó su carrera, ahora quería que ella apoye su nueva relación, prácticamente la estaba drenando todo lo que tenía.
—Tu egoísmo solo empujará a Mo Yurou más al infierno.
Después de hablar, Tangning colgó el teléfono e hizo todo lo posible por calmarse.
Mo Ting dejó sus documentos, sostuvo sus manos y se movió suavemente.
—Estoy bien. Es normal estar molesta de vez en cuando, me ayuda a entrenar un corazón más fuerte.
—¿Viste a tu mentora?— Mo Ting no preguntó nada más, ya que cambió de tema.
—Ajá, todo fue sin problemas —contestó. Tanging naturalmente se sentó junto a Mo Ting mientras se apoyaba en sus brazos. —También conocí a algunos fotógrafos famosos. Mo Ting, estaba tan feliz... todo lo que faltaba eras tú. No pude evitar pensar, que si pudiera asistir a eventos como estos sosteniendo tu mano, qué perfecto sería.
—Tendrás muchas oportunidades en el futuro — respondió Mo Ting sugestivamente.
—¿Estás cansado? ¿Debo darte un masaje? —preguntó Tangning mientras se arrodillaba a su lado. Sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, Mo Ting se giró hacia ella, la tomó de la mano y la levantó en sus brazos; cargándola horizontalmente.
—Quiero que masajees una parte diferente de mí...
—Marido... no te haré esperar mucho más...
Bajo la luz de la luna, Tangning abrazó a Mo Ting y cuando el momento estaba más apasionado, murmuró:
—... porque me di cuenta, cuando pienso en ti besando a alguien más, me siento extremadamente intranquila.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Hombre que Robó Mi Corazón