El Juego de los Exes romance Capítulo 127

Gabriela no dijo ni una palabra, pero Lilia sintió una humillación como nunca antes.

Incluso Carlos se dio cuenta de su extrañeza, levantó la vista y vio a Gabriela, y no supo qué hacer en el momento.

Estaba furioso.

"¡Gabriela!"

De repente soltó a Lilia y se dispuso a atacar.

Gabriela frunció el ceño, sin entender de dónde venía esta ira irrazonable de Carlos.

"Sr. Maltés".

Lo llamó cortésmente, a pesar de que el comportamiento anterior de Carlos no fue muy cooperativo, ella no quería causar problemas con un conflicto abierto.

"Gabriela, eres impresionante, no sé qué trucos usaste, ¡Sergio Lira ha cancelado el contrato conmigo por ti! Hemos trabajado juntos durante tres años, no puedo creer que hayas hecho esto, pensé que eras diferente a las demás mujeres, ¡resulta que tú también eres ese tipo de persona!"

La cara de Gabriela se puso fría.

"Sr. Maltés, fuiste tú quien primero violó los principios de cooperación, en cuanto a tu relación comercial con Sergio, eso es asunto de ambas empresas, echarme la culpa a mí no me parece justo."

Carlos miró fríamente al otro.

"Sergio acaba de aliarse con otros para atacarte, ahora te está mimando, incluso escuché que cenó contigo, parece que eres muy satisfactoria en tu vida personal".

"Sr. Maltés es una persona con estatus, no pensé que también usarías esta forma de humillar a las personas. ¿Es esto porque no puedes aceptar el resultado de la realidad?"

"¡Tú!"

Carlos estaba tan enojado que sentía hormigueo en el cuero cabelludo, cuando se enteró de que Sergio había roto el contrato, quería ir a buscar a Gabriela de inmediato.

Pero entonces Lilia apareció, y dijo que ella y Gabriela estaban en el mismo estudio, Carlos ya quería tratar con Gabriela, ahora tenía un compañero más, así que estaba claro que no se negó.

No esperaba encontrarse con Gabriela aquí.

Una sombra maliciosa cruzó sus ojos, y abrazó a Lilia por la cintura.

"Bien, Gabriela, ya que es así, no volveré a trabajar contigo en el futuro, mis socios también rechazarán tu trabajo, nuestro equipo de decoración es el mejor en la industria, quiero ver cómo decoras la casa de Sebastián esta vez!"

Se veía complacido, y examinó a Gabriela de arriba a abajo.

"Pero si pasas la noche conmigo como Lilia, tal vez pueda ayudarte".

Gabriela se rio y entró directamente en el ascensor.

"No te preocupes, Sr. Maltés, no soy tan baja".

Sebastián parecía indiferente, y en el momento no pudo acordarse de quién era ella, hasta que Lilia comenzó a presentarse.

"Trabajo en el mismo estudio donde Penny trabaja, te lo dije antes, cuando Penny trabaja con los clientes, siempre hay esposas de clientes que piden un cambio, y esta noche me encontré con ella en el hotel, no sé si vino especialmente a buscarte".

"Mm."

El tono de Sebastián era frío, simplemente pasó por al lado de Lilia ignorándola y se metió en el ascensor.

Lilia no se atrevió a acercarse demasiado, solo pudo seguir hablando: "Trabajé con ella, conozco muy bien cómo es. Se le da muy bien a la gente con su apariencia".

Sebastián no tomó en serio estas palabras, hasta que llegó a la puerta de su suite y vio a Gabriela esperando allí.

Estaba apoyada en la pared, la luz de arriba hacía que su cabello brillara, parecía frágil, pero en realidad era muy terca.

Al menos en una cosa Lilia tenía razón: A Gabriela se le daba muy bien engañar a la gente con su apariencia.

Sus ojos eran muy bonitos, si no fuera por eso, no habría perdido el control esa noche.

Al menos Gabriela era definitivamente su tipo.

Con tal de que no se pusiera a hablar.