El Juego de los Exes romance Capítulo 336

"¡Por favor, deténganse! ¡Les daré cincuenta mil dólares!" - suplicó José Manuel.

Pero el otro no detuvo el palo y lo amenazó con ferocidad. "¡Jugaste con los sentimientos de mi hermana, hoy pagarás por ello!"

José Manuel tenía muchas amantes, y la más reciente era la recepcionista de la empresa. Era joven y le gustaba mucho, le daba dos mil dólares al mes y ella satisfacía todas sus necesidades. Según él, sus tratos con las mujeres eran justos, y nunca engañó a nadie.

Los hombres que lo atacaron solo buscaban una excusa, lo golpearon hasta dejarlo indefenso y luego se marcharon sin dejar rastro. Habían saboteado las cámaras de vigilancia, así que José Manuel no podría encontrarlos.

Llevaron a José Manuel al hospital a las tres de la madrugada, fue ingresado en la sala de emergencias.

Gabriela solo quería que los guardaespaldas de Lucía le dieran una lección a José Manuel, no esperaba que los hombres de Lucía fueran más brutales de lo que imaginaba.

Lucía también se sintió impotente, pero afortunadamente José Manuel no estaba en peligro de muerte, solo tenía que quedarse en el hospital, que resultó ser el hospital donde estaba Simón.

Al día siguiente, Lorena fue a visitar a José Manuel y entró en su habitación. "Me asustaste, ¿quién te golpeó?" - dijo indignada, queriendo vengarse de quienes lo atacaron.

José Manuel estaba golpeado y desfigurado, su mirada estaba llena de sufrimiento y resentimiento.

Lorena se sentó junto a su cama, preocupada, y quiso tomar su brazo, pero disimuló cuando la puerta de la habitación sonó y se levantó rápidamente al ver entrar a Gabriela.

No sabía si era una ilusión, pero a través de la pequeña ventana de la puerta, parecía que los dos estaban sentados muy cerca.

"José Manuel, oí que has estado trabajando duro en la empresa últimamente, ¿estás bien?"

Al ver a Gabriela, las pupilas de José Manuel se contrajeron instantáneamente.

A pesar de su sorpresa interna, respondió cortésmente.

"Gracias por venir a verme, es mi deber trabajar en la empresa."

Gabriela se sentó y miró fijamente a Lorena.

Lorena había estado de mal humor estos días, y al oír que Simón había abierto los ojos, su rostro se puso pálido al ver a Gabriela.

"Tía Lorena, te ves mal." Gabriela dijo con frialdad. "¿No has descansado bien?"

"Es la Corporación OmniTech."

¿Qué importaba si le decía? Ella era solo una estudiante de arte, no entendía de finanzas. Gabriela asintió con una sonrisa. "Bien, cuídate."

Ya eran las siete de la mañana cuando Gabriela volvió al Jardín de las Rosas y de inmediato comenzó a buscar información sobre la Corporación OmniTech.

Había montones de información sobre la Corporación OmniTech en Internet, incluso fotos del presidente de la corporación posando con empresarios extranjeros. Parecía como si la Corporación OmniTech ya se había expandido a nivel mundial.

Pero una foto en particular llamó la atención de Gabriela.

Era una foto del presidente de la Corporación OmniTech con un empresario de Norteamérica. Gabriela recordaba esa foto porque la había visto en el Facebook de varios dueños de pequeñas empresas durante sus años universitarios. Se decía que el empresario norteamericano cobraba diez mil dólares por una foto y que el día de la foto, más de cuatro mil personas hicieron fila para tomarse una.

Por aquel entonces, prácticamente todos los dueños de pequeñas empresas habían compartido esa foto en Facebook, solo para engañar a quienes no sabían. Y ahora, Corporación OmniTech tenía una foto similar. Pero lo extraño era que Corporación OmniTech era una compañía con solo cien mil dólares de capital registrado.

Una compañía con solo cien mil dólares de capital no era realmente una empresa legítima, era más bien una empresa ficticia. Gabriela ingresó al sitio web de Corporación OmniTech y encontró una noticia reciente que hablaba sobre la colaboración con la familia de La Rosa. Un proyecto de colaboración de quinientos millones de dólares con una compañía cuyo capital registrado era de solo cien mil dólares.