El Juego de los Exes romance Capítulo 365

¿Acaso era un mensaje que le había dejado su mamá en un sueño?

Tenía miedo de que su papá se sintiera solo.

Temía que ella no se casara con un hombre bueno.

Había que admitirlo, todos aquellos sueños se habían hecho realidad.

Simón estaba pasando por momentos difíciles en la actualidad, no tenía a nadie a su lado para ayudarlo, tenía que preocuparse por sus abuelos que necesitaban de su cuidado, y también la enorme deuda de la Corporación OmniTech. Probablemente estaba pensando que si moría, no tendría que pagar esas deudas.

Si Gabriela realmente dejaba a Simón así, aunque su vida en el futuro fuera tranquila, no podría compensar el arrepentimiento de ese momento.

Pero, ¿qué debería hacer?

Llamó a Lucía Vargas, preguntando acerca de Gorka.

Sin embargo, el control económico de la familia Vargas todavía estaba en manos del Sr. Vargas, y Lucía no estaba muy clara acerca de los asuntos comerciales.

Gabriela marcó una llamada tras otra, finalmente llegó a Sergio.

Sergio estaba a punto de ir a una cena de negocios esa tarde.

El precio del restaurante donde tenían aquellas cenas era caro y principalmente les servían a los ricos.

Los ojos de Sergio brillaban, y sus labios se curvaron ligeramente.

“Gabriela, mi padre tiene una relación muy buena con Gorka. Si te cuento esto, aunque mi padre esté en prisión, querrá salir y castigarme por ser un hijo desobediente”.

Cambio el tono de su voz.

“Pero, si estás dispuesta a ser mi acompañante esta noche, puedo considerar contártelo.”

Gabriela no dudó y preguntó inmediatamente por la dirección del restaurante.

Se vistió con cuidado y cuando llegó ya eran las siete de la noche.

La entrada del restaurante era lujosamente próspera, y los que entraban y salían eran figuras importantes de Ciudad San José.

El auto de Sergio llegó pronto, y al ver su vestimenta, sus ojos se iluminaron inmediatamente.

El rostro de Gabriela se adaptaba tanto al maquillaje ligero como al pesado, normalmente no se maquillaba, pero ese día lo hizo de manera ligera, vistiendo un traje adecuado de mujer, que destacaba sus curvas.

Incluso a Sergio, el cual había visto a muchas mujeres bellas, casi le sangra la nariz en ese momento.

Pensó para sí mismo que: ¡Sebastián realmente estaba desperdiciando recursos!

Si fuera él quien el que se hubiera casado con Gabriela, ¡no se sentiría cansado incluso si lo tuviera que hacer tres veces al día!

Sergio se enfureció cada vez más y se acercó a Gabriela.

Gabriela vio que él venía y sonrió asintiendo.

“Sr. Lira.”

Sergio la examinó de arriba abajo y dijo con frustración: “Sebastián realmente está desperdiciando recursos.”

Gabriela fingió no haberlo escuchado, en comparación con otros hombres, definitivamente Sergio era uno de los más confiables, al menos solo hablaba.

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