El Juego de los Exes romance Capítulo 425

"¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?"

"Dos años."

Eso significa que ella sabía antes que Ángel, incluso antes que Bea de La Rosa, que la familia de Simón vivía en una mansión y tenía una empresa en Ciudad San José, solo que nunca lo había revelado.

Probablemente ella había sido quien le había avisado a Simón la noche anterior.

Gabriela notó que una parte de la piel del brazo de Inés tenía moretones. Al parecer Ángel nunca había dejado de maltratarla, incluso hasta ese día.

Inés se arrodilló de repente al ver que Gabriela no decía nada más.

"Srta. de La Rosa, por favor, no me despida."

Gabriela se asustó y la ayudó a levantarse rápidamente. "¿Qué estás haciendo?"

Inés bajó la cabeza diciendo: "Sé que no te agrada mucho nuestra familia..."

Gabriela no dijo nada. Realmente no tenía una impresión profunda de Inés, pero ahora al ver su pequeño y delgado cuerpo, su rostro lleno de arrugas y las marcas de golpes en su piel expuesta, sintió una punzada de simpatía.

"No tenía intenciones de despedirte. Primero colabora con la policía en la declaración."

Inés, temiendo que Gabriela cambiara de opinión, se marchó rápidamente.

Gabriela esperó hasta que se fuera y luego se frotó las sienes.

Inés había estado trabajando allí por dos años y Simón nunca se había dado cuenta de que ella era la esposa de Ángel.

Estaba a punto de abrir un archivo a un lado cuando Sebastián le envió un mensaje a su número privado.

Eso significaba que ese mensaje estaba dirigido a la esposa de Sebastián.

Solo había una orden corta.

"Guárdalo."

Seguido a eso, recibió una notificación de transferencia en su teléfono. Un total de cuatro millones.

Después de una noche, Sebastián finalmente había recordado a su esposa nominal.

Gabriela sonrió con ironía, entendiendo el propósito de ese dinero.

Primero, era para compensarla por lo que ocurrió anoche.

Segundo, era para comprar su silencio, para que no se quejara ante el Abuelo Sagel, o él no sería amable.

Los ojos de Gabriela estaban tranquilos.

"Sr. Sagel, si necesitas firmar un acuerdo de divorcio, estoy dispuesta cuando quieras."

Estuvo toda la noche dentro del saco, por lo que Sebastián seguramente no vio su rostro.

Pero le dijo a Simón que conocía su carácter.

¿Por qué habría dicho algo así?

Aunque él no la conocía en absoluto, hablaba como si hubiera cometido un gran error. Esa palabra, incluso podría considerarse una difamación.

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