El Juego de los Exes romance Capítulo 567

A Felipe obviamente le picó la curiosidad, así que asintió con la cabeza.

Cuando el reloj marcó las nueve de la noche, solo quedaba tiempo para admirar el paisaje y charlar.

Para entonces, la mayoría de las personas ya no comían, especialmente las estrellas, que tenían dietas de alimentación muy estrictos para ellos mismos.

Gabriela se cambió de vestido, recordando que María le había metido cuatro vestidos de gala en la maleta y no pudo evitar reírse.

En aquel momento pensó que no era necesario, que con dos era suficiente.

No esperaba ensuciar uno en la primera noche, ¿y ahora si salía y alguien le derramaba vino, tendría que cambiarlo de nuevo?

Al salir de su habitación y caminar por el pasillo, se encontró con Felipe en la esquina.

Felipe no necesitaba socializar como Sebastián y Fausto, después de cenar al atardecer subió a dormir, ahora también planeaba salir a tomar aire fresco del mar.

"Dr. Cuervo." Gabriela lo saludó cortésmente.

Felipe echó un vistazo a su atuendo y la encontró muy hermosa.

Aunque este vestido no podía compararse con el que le había regalado su abuelo, la tela de alta calidad realzaba su figura esbelta y su piel suave.

Felipe vaciló unos segundos antes de preguntar cautelosamente, "¿Srta. de La Rosa?"

Gabriela le sonrió de inmediato, "¿Es porque me maquillé esta noche que no me reconociste?"

Él miró su mano, "¿Se curó la herida de tu mano?"

"Ya está mejor, gracias."

Presionó el botón del ascensor y ambos entraron.

Preguntó, "¿A qué piso vas?"

"Al quinto, todavía no he cenado, creo que hay bocadillos disponibles en el quinto piso."

Felipe entonces presionó el botón del quinto piso para ella y el del sexto para él.

El séptimo piso no tenía cubierta, solo habitaciones.

Si quería disfrutar del aire del mar, era mejor desde arriba.

Cuando llegaron al sexto piso, no se bajó, sino que preguntó.

"¿Es Gabriela el nombre de la Srta. de La Rosa?"

Gabriela sintió un nudo en el estómago y asintió lentamente.

"¿Eres la esposa de Sebas?"

"Dr. Cuervo, alguien te está llamando."

Felipe se volvió y, de hecho, vio a alguien saludándolo con la mano, alguien que conocía del círculo social.

Pero solo miró, luego volvió la cabeza, "No hay necesidad de cambiar de tema, quiero saber si eres la esposa de Sebas."

Gabriela pensó en su divorcio en dos meses, por lo que no le importaba admitirlo.

Si lo admitía, tal vez después del divorcio, podría usar ese estatus para hacer citas rápidas con él.

Después de todo, conseguir una cita con Felipe era realmente difícil.

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