El Juego de los Exes romance Capítulo 655

El hospital había notificado los resultados de los exámenes a la mañana siguiente.

El análisis de ADN confirmó que Selena y Simón eran padre e hija.

Esta noticia golpeó a Gabriela como un rayo.

Gabriela se sentó en el sofá, por un momento incluso olvidó cómo reaccionar.

El desayuno en la mesa se había enfriado por completo, aunque la calefacción estaba encendida en la habitación, Gabriela se sentía fría de pies a cabeza.

En este mundo, la persona que Gabriela más amaba era Leticia.

Leticia le dio un amor inmenso, creó un mundo lleno de amor para ella, lo que le permitió dejar de quejarse de su entorno de vida desde su infancia.

Cuando Gabriela supo por primera vez que no era la hija biológica de Leticia, se sintió muy angustiada, porque amaba a Leticia con todo su corazón.

Gabriela solía decir que debió haber hecho muchas buenas acciones en su vida pasada para tener una madre tan buena como Leticia.

Incluso en muchas noches llorosas, Gabriela se dormía pensando en Leticia.

Sin embargo, con el paso del tiempo, Gabriela creció y se volvió más fuerte, y durante mucho tiempo no soñó con Leticia.

Y ahora la realidad que tenía delante era como una serie de bofetadas en la cara.

Lo más molesto era que Selena, a quien más despreciaba, resultaba ser la hija biológica de Leticia. Incluso su padre, Simón, había dejado una voluntad pidiéndole a Gabriela que encontrara a Selena y se asegurara de que tuviera una vida sin preocupaciones.

Gabriela no podía aceptar todo esto...

Gabriela volvió a llamar al hospital, pero la segunda respuesta del hospital seguía siendo la realidad que menos quería admitir.

Solo sentía que el mundo giraba a su alrededor, hasta estaba un poco mareada.

Todavía estaba en su periodo y ahora tenía que lidiar con el asunto de Selena.

El Abuelo Sagel ya había decidido enviar a Selena a la cárcel.

Pero como la hija adoptiva de Leticia y Simón, Gabriela no podía permitir que Selena fuera a prisión.

Gabriela se sentía muy molesta, nunca antes había sentido algo así.

Rápidamente llamó al Abuelo Sagel, quien tras un momento de silencio preguntó, "¿Qué piensas hacer?"

Gabriela realmente no sabía qué hacer.

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