El Juego de los Exes romance Capítulo 69

La cara de Simón cambio de color, sus labios temblaban, quería decir algo, pero no podía.

Mientras que Lorena estaba que echaba chispas. “Gabriela, ¡muy bien!, ¡así que siempre nos has visto así! Si no fuera por ti, ¿tu padre nos habría tratado así a mí y a Nerea? ¡La enfermedad de Nerea se agravó en ese momento! Eres una ingrata.”

“¿Quieres que te compre una casa con dinero? Eso dependerá de si estoy de acuerdo, quizás no lo sabes, pero tu padre ya me ha transferido una parte de sus acciones, el 10%, tengo poder de decisión en la empresa.”

Al escuchar esto, Gabriela tenía una mirada de desconfianza.

¿El 10% de las acciones no fue lo que su madre le dejó?

No pudo evitar mirar a Simón, quien evitó su mirada.

“Papá, ¿las acciones del 10% que tiene tía Lorena, son las que tú le diste o las que mamá me dejó?”

Gabriela miró fijamente a su padre, tratando de leer cada pequeña expresión en su rostro.

Simón se sentía un poco incómodo por ser expuesto continuamente por su hija, y explicó:

“Creo que aún eres joven, cuando tengas hijos, les daré esas acciones. No te faltará nada de lo que tu madre te dejó, además de lo que yo te daré.”

Al llegar a este punto, todo debería estar claro.

La mano de Gabriela que estaba colgando a un lado se apretó lentamente.

“Entonces, ¿lo que Lorena tiene son las acciones de mi madre?”

“Sí, porque la transferencia de acciones fue complicada en ese momento, y los accionistas estaban causando problemas. Si yo hubiera transferido mis acciones, podría haber perdido el control de la empresa. Tengo el 40% de las acciones, tu madre tenía el 10%, siempre y cuando esas acciones no se vayan, no importa quién las tenga, somos familia, ¿no?”

Gabriela cerró lentamente los ojos, sintiendo un amargor en la punta de su nariz.

Ese tono suave y razonable de nuevo.

Viendo la actitud resuelta de su hija, Simón se enfadó un poco. “Entonces no te transferiré el dinero.”

“Te daré el dinero cuando estés dispuesta a disculparte con ella.”

Mirando cómo su expresión se volvía seria, Gabriela sonrió levemente, "Papá, entonces probablemente tengas que esperar mucho tiempo. Necesito volver a mi pueblo, tengo que visitar la tumba de mi mamá. Si tienes tiempo, deberías ir a verla también."

Gabriela habló con un aire de indiferencia, echando un vistazo al empleado que estaba a su lado.

Al enterarse accidentalmente de los conflictos familiares de su cliente, el empleado se sintió un poco incómodo y rápidamente agitó su mano, "Señorita de La Rosa, aparte de esta, tenemos otras casas que podemos mostrarle, ¿le gustaría verlas?"

Gabriela asintió, justo cuando estaba por irse, escuchó a Simón preguntar con enojo.

"¿Todavía mantienes contacto con esa persona?"