El Mago Legendario romance Capítulo 15

Él era el joven líder de la Ciudad de la Fortaleza de los Truenos, cuyos padres eran maestros nominales de la Secta de los Sabios Azure. Desde su niñez, gozaba de un estatus distinguido. Amado por sus padres y protegido por los ciudadanos, además tenía una hermana pequeña que era muy obediente; su vida era muy feliz.

En aquel entonces, sus padres lo llevaban con frecuencia a la Secta de los Sabios Azure, donde algunos maestros le pellizcaban las mejillas con una sonrisa y le decían que era adorable, mientras otros, con un gesto gallardo, daban palmadas en su pecho y declaraban: "Niño, serás mi aprendiz avanzado en el futuro; ya está acordado."

Arvandus estaba lleno de anhelos por ese lugar y de deseos por la magia.

Sin embargo...

Una noche de sobresalto cambió todo.

Un incidente inesperado hizo que la felicidad de antaño se desmoronara.

Sus padres desaparecieron sin dejar rastro y la ira de la Secta de los Sabios Azure cayó sobre la Fortaleza de los Truenos.

Arvandus, como joven líder de la ciudad, fue arrestado por la fuerza y llevado a la Secta de los Sabios Azure, donde sufrió como un sirviente y fue retenido como un rehén. Toda su familia y los más de doscientos mil ciudadanos fueron llevados al campo de minería de la gema de energía en las profundidades del Monte Elzus.

En ese momento, él solo tenía siete años, miraba a su alrededor con miedo e inseguridad y soportaba toda clase de burlas en un estado de desesperación y aturdimiento.

Ocho años pasaron en un abrir y cerrar de ojos, y Arvandus perdió su inocencia, sobreviviendo con tenacidad hasta el presente.

De la desesperación inicial a la fortaleza actual, su camino había sido muy difícil y doloroso.

A lo largo de esos ocho años, había llegado a comprender a muchas personas y situaciones.

Anteriormente, había cuestionado ingenuamente al cielo por su injusticia, pero actualmente comprendía la verdad más cruel y realista del mundo: la ley del más fuerte, la supervivencia del más apto.

El joven también recordaba firmemente las palabras de su padre: "El débil no tendrá una buena muerte y el fuerte no tendrá una vida fácil."

Por eso siempre mantenía su cabeza alta y enfrentaba con valentía las burlas y humillaciones, y en su constante esfuerzo encontraba su propia actitud hacia la vida y hacia la magia.

Arvandus sabía que nadie vendría en su ayuda; solo él podía hacerse justicia a sí mismo. Juró convertirse en un aprendiz sagrado de los Sabios Azure, ganar su propio lugar allí y obtener las calificaciones para desafiar a ese maestro y para liberar a la Fortaleza de los Truenos de su sufrimiento.

"Un año más de paciencia y aprenderé otro tipo de magia de combate. Después de un año, ascenderé al Nivel IX de Mago Primario."

Arvandus se fijó aquel objetivo, sabiendo que cuanto más rápido aumentara su fuerza, más atención recibiría.

Volvió al almacén en la segunda mitad de la noche y antes de regresar había practicado el Conjuro de Revitalización, por lo que su estado era bastante bueno. Solo que su ropa estaba rota y manchada de sangre, y su cuerpo estaba mojado por la lluvia, revelando la definición de sus músculos.

Arvandus apretaba en su mano tres dagas arcanas, con chispas eléctricas corriendo a través de su cuerpo y destellos intensos iluminando su rostro esculpido y frío. Con el ceño fruncido, vigilaba a la joven y su entorno, acercándose al almacén con las dagas arcanas en mano.

"Joven del interior, has entrado en el lugar equivocado, no se debe ingresar a la habitación de un hombre sin permiso, ¿quieres salir a conversar?"

La expresión de la joven se enfrió y justo cuando estaba a punto de reaccionar, una voz ronca sonó desde dentro del almacén: "No causes problemas aquí, ya es tarde y necesito descansar, vete."

"Ancestro..." La joven estaba ansiosa, pero no hubo más respuesta desde el almacén.

"Por el bien del señor y por el Palacio Inframundo del Señor de la Oscuridad, le ruego que lo considere nuevamente." La joven se inclinó en reverencia y se retiró del almacén.

Arvandus finalmente pudo ver con claridad a la joven, que llevaba una túnica negra cubriendo todo su cuerpo, dejando al descubierto un deslumbrante rostro. A la luz del fuego del almacén, se podía ver claramente su piel suave como el alabastro, ojos profundos como lagos otoñales, nariz recta y labios rojos y húmedos. Era una belleza capaz de derrocar reinos, etérea y fascinante, tan hermosa que quitaba el aliento, incluso Arvandus se sorprendió ligeramente ante tal apariencia celestial y rara.

Arvandus estaba asombrado por su belleza, pero seguro de que la joven no era miembro de la Secta de los Sabios Azure.

La joven pasó junto a Arvandus como si él fuera aire, dejando el patio y desapareciendo silenciosamente en la oscuridad, ligera como un fantasma.

"¿Qué suerte tengo hoy que solo veo bellezas?" Arvandus miró hacia atrás por un momento y luego hacia el almacén, pero no le dio mucha importancia. Mientras no fuera a buscar venganza, no había necesidad de preocuparse.