El Mago Legendario romance Capítulo 3

Arvandus ya se había acostumbrado a estas miradas de los aprendices de la Secta de los Sabios Azure, ya fueran de compasión o burla, las aceptaba con serenidad. Había vivido allí ocho años, pero siempre como un extraño, sin integrarse ni ser aceptado por la Secta de los Sabios Azure.

Arrastrando su cuerpo cansado y dolorido, regresó al almacén de dicha secta, donde guardaban diversos objetos. Ese había sido su hogar durante ocho años, ubicado en una colina baja cerca del pico principal de la Secta de los Sabios Azure. El almacén era muy grande; antes lo cuidaban cinco personas, pero actualmente solo había dos.-

Uno era el fuerte Arvandus y el otro, un anciano decadente.

Ambos pertenecían a la clase más baja de la Secta de los Sabios Azure y se habían apoyado mutuamente durante muchos años.

Al volver al almacén, Arvandus se frotó enérgicamente el rostro frente a la puerta de hierro y mostró una sonrisa tenue, como solía hacer.

"Viejo, he vuelto."

Arvandus empujó la puerta de hierro y chasqueó los dedos, como si nada hubiera sucedido.

El anciano de cabellos blancos estaba sentado en silencio bajo un viejo árbol, cerca de una tumba solitaria. Allí, pasaba sus días extrañando silenciosamente al difunto.

Uno solitario y melancólico, el otro terco y fuerte; dos personalidades completamente distintas que, sin embargo, habían convivido armoniosamente durante muchos años, lo cual era bastante curioso.

Arvandus tarareaba una melodía mientras se cambiaba por una ropa limpia en el almacén. Sin molestias, sin sentimientos de derrota ni resentimiento hacia nadie. Más que resignación, era un esfuerzo por mantener el optimismo, una fortaleza y perseverancia que había mantenido durante ocho años, siempre igual.

Cerca de la solitaria tumba, el anciano permanecía sentado en calma, como si no hubiera notado las heridas de Arvandus. Su atención estaba completamente puesta en la tumba y en las flores de magnolia que se mecían junto a ella. Su vida transcurría así cada día, aparte de ordenar el almacén y comer algo, se sentaba allí, acompañando la tumba.

"Hoy cenaremos tarde, voy a practicar un poco la magia de combate."

Arvandus saludó y se sentó en un banco de piedra, tan inmóvil como un campanario, respirando con calma y absorbiendo la sutil esencia de vida del universo, cuidando su cuerpo herido.

Sin embargo, lo que practicaba en ese momento no era magia de combate, sino una técnica maravillosa de respiración: ¡el Conjuro de Revitalización!

Por lo general, la ambición de toda la vida de un mago era absorber la energía del universo y condensarla en energía astral en su interior, manifestando a través de la magia de combate una poderosa fuerza de batalla. Se reconocía universalmente que la energía del universo era el estado 'salvaje' o 'el estado original' de la energía astral, pero lo que Arvandus capturaba no era energía, sino la esencia de vida, ¡el Maná de la Vida!

Aquel método de respiración inusual y raro provenía del anciano.

Desde que Arvandus fue encarcelado en la Secta de los Sabios Azure como aprendiz y asignado a trabajar en el almacén, el anciano ya estaba allí. Parecía que nadie conocía el origen del anciano, ni a nadie le importaba ese pobre hombre. Él era de carácter peculiar y rara vez hablaba con Arvandus y mucho menos con los demás, pero una noche lluviosa cinco años atrás, cuando Arvandus regresó cubierto en sangre, el anciano sorprendentemente recitó un conjuro que Arvandus grabó en su memoria.

"La vitalidad es etérea, fluye entre el cielo y la tierra, sin principio ni fin."

"La Osa Mayor captura la esencia, circula a través de las estaciones, gira en todas direcciones. Cuando el cielo y la tierra se encuentran, todas las cosas se transforman, con un principio y un fin, en un ciclo constante."

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