El pacto de los trillizos romance Capítulo 28

Neera no mostró sorpresa al escuchar esto y respondió con calma:

—No está bien, por supuesto. A juzgar por su estado, no le queda mucho tiempo de vida.

Ian, el asistente, palideció al oír estas palabras y exclamó:

—¡Doctora García, espero que no haya bromeado con la vida de su paciente!

Jean miró a Neera con expresión hosca, y esta sonrió levemente antes de explicar:

—Antes de venir aquí, ya había leído su historial médico. El síntoma más grave no es el deterioro de su salud, sino esta maldita neuralgia.

Ian, confundido, preguntó:

—¿Qué quiere decir?

Jean, con un esfuerzo por hablar debido al dolor, murmuró:

—¿Estás diciendo que todos mis problemas provienen de la neuralgia?

Neera asintió con seriedad:

—Exactamente. Los trastornos nerviosos pueden atormentar a un paciente no solo físicamente, sino también mentalmente. Según mis observaciones, podría padecer el tipo más grave de neuralgia. El dolor no se puede suprimir con analgésicos ni somníferos, e incluso si te desmayas, el dolor puede hacer que recuperes el conocimiento. Es el tipo de dolor que hace que una persona quiera quitarse la vida. Supongo que todos los demás médicos piensan que tus otros síntomas son la causa de tu neuralgia, pero en realidad es al revés. Por eso los medicamentos que te dieron no funcionan. Llevas varios años atormentado por dolores nerviosos, y no puedes dormir bien por eso. Esa es la razón por la que tu salud se ha deteriorado.

Jean se sorprendió al escuchar esto y reflexionó sobre lo que Neera acababa de explicar. Al principio, los síntomas de su enfermedad se manifestaron como frecuentes dolores de cabeza, y él atribuyó esto al exceso de trabajo. Luego, los dolores nerviosos comenzaron a afectarle y su salud se deterioró gradualmente. Pero gracias a Neera, comprendía la raíz del problema.

Ian intervino con preocupación:

—Doctora García, ¿la neuralgia es completamente tratable? Para ser sincero, cuando los síntomas se manifiesten, el señor no solo tendrá problemas para dormir, sino que también...

Hizo una pausa, indeciso sobre si debía mencionarlo, pero Neera lo completó: