— ¡Nosotros tenemos mejores padres que los de ustedes! A ti nunca viene a recogerte tu mamá, siempre es el chófer de tu padre o su asistente, Darriel.
— y tu Daniela no vino tu padre a dejarte en la puerta, quizás no tengas uno y seas media huérfana.
En el jardín de niños Alfred Winston, los niños conversaban sobre que sus padres eran los mejores.
Daniela Palacios y Darriel Diamantis los escuchaban, pero dos niños regordetes estaban molestando a Darriel y Daniela, ellos sabían que a ambos les faltaba.
La niña Daniela, tenía una madre amorosa, pero no tenía padre.
El niño Darriel, tenía un buen padre ,pero no sé sentía querido por su madre.
— No le hagas caso Darriel, mira, mi mami es muy hermosa, tiene unos ojos azules muy lindos, ella es muy buena conmigo.—Daniela no estaba contenta, pero ella insiste en que tiene una madre de maravilla.
— Tampoco tú los escuches, Daniela, mi padre es muy exitoso, es apuesto como yo, tiene el color de mis ojos y yo quiero ser como el cuando sea grande.— El niño Darriel conserva su molestia, afirmo.
Sonó el timbre de la clase y la Miss entró a la aula con una pila de papel.
— ¡Niños, pongan en el exámen las características de sus dos padres!
— te presto a mi mami para que la pongas en el exámen, ella es la mejor mamá.
— ¡Está bien, entonces yo te presto a mi padre para que lo pongas tu también!
— Gracias, Darriel, lo pondré — los dos pequeños no midieron las consecuencias de su inocente travesura.
[...]
Mas tarde, la Miss sostenía el par de exámenes en sus manos, parece que no estaba contenta, se puso una cara muy seria.
— ¡Darriel, Daniela, acompáñenme a la dirección! — Dijo la Miss.
Daniela se preocupó, el niño quiso consolarla pero la miss los detuvo y los llevó a la dirección.
Daniela estaba asustada sollozando mientras que Darriel estaba tranquilo e indiferente.
— ¿Por qué lloras así? no es como si te fueran a expulsar del jardín de niños. — pregunto el niño Darriel.
— Es que nunca me habían traído a la dirección, mi mami se va a molestar conmigo — la niña no se tranquilizaba, el niño sacó de entre sus pertenencias un fino pañuelo con sus iniciales y se lo dió para que se limpiara la cara.
A la madre la habían llamado para que acudiera de inmediato a la institución.
—Señora Romina, le pasa algo serio a su hija Daniela, yo diría muy serio, debe venir ahora mismo a la dirección, necesitamos hablar.
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