El Precio del Desprecio: Dulce Venganza romance Capítulo 1112

La sonrisa en el rostro de Sara se congeló. Era obvio que Luis había llegado hace rato y había estado observando el espectáculo.

El cerebro de Sara se quedó en blanco por un momento. Rápidamente repasó mentalmente lo que acababa de decir.

Había dicho que Luis era guapo.

Había dicho que Luis tenía buen físico.

Había dicho que Luis lo hacía siete veces en una noche.

Parecía que no había ningún problema. Solo había estado elogiando a Luis.

Sara inmediatamente esbozó una sonrisa y se acercó.

—¿Cómo es que viniste?

Luis captó cada cambio en las expresiones de Sara. Hacía un momento ella lo había usado deliberadamente para provocar a Nina, al verlo se había quedado paralizada, avergonzada, y ahora había recuperado esa apariencia fría y serena de siempre.

Su señora Rodríguez parecía ser bastante buena actriz.

Luis curvó ligeramente los labios.

—Como tardabas tanto y no volvías, vine a ver qué pasaba.

—Estoy bien. Solo estuve conversando un poco. Justo iba a regresar. Vamos.

Nina vio a Luis y sus ojos se iluminaron.

—¡Luis...!

Lo llamó.

Luis miró hacia Nina.

Nina continuó:

—Luis, esta noche no tengo dónde quedarme. ¿Puedo quedarme en tu casa con Sara? Sara me rechazó hace un momento. Es muy peligroso para mí quedarme sola afuera.

Nina comenzó a hacerse la víctima y actuar con coquetería.

Sara levantó la vista hacia Luis, sin saber qué respondería.

Después de todo, la villa era de él, él era el dueño. Si insistía en llevar a Nina a casa, en dejar que Nina viviera con ellos, ella no podría hacer nada.

A lo sumo se mudaría sola.

Además, Sara no sabía cuál era la actitud de Luis hacia Nina.

Nina era del tipo de persona que les gustaba a los hombres. Muchos hombres caían ante ese tipo de actitud. Nina nunca había carecido de pretendientes.

¿Y si a Luis también le gustaba Nina? ¿Y si sentía ternura por ella?

Sara se dio cuenta de que realmente no conocía bien a Luis. Estaba esperando su respuesta.

Luis miró a Nina.

—Lo siento, pero yo escucho a Sara. Hace un momento Sara dijo que no podías quedarte, así que si ella dice que no, ¡entonces no!