Entrar Via

El Precio del Desprecio: Dulce Venganza romance Capítulo 503

Mateo observaba a Valentina y se dispuso a entrar.

Pero ella no quería verlo, así que desvió rápidamente la mirada.

Mateo se quedó inmóvil.

En ese momento, la voz de Catalina resonó desde el pasillo: —Señor Figueroa, Luciana está experimentando molestias cardíacas de repente. Desea verlo. Por favor, vaya a acompañarla.

Catalina había venido a buscar a Mateo porque Luciana nuevamente se sentía mal del corazón.

Dolores y Daniela también escucharon la voz de Catalina. Dolores resopló con desdén: —Parece que alguien más te necesita. ¿Por qué no vas con ella?

Daniela añadió: —Esta Luciana ya ha fingido dolores de corazón cientos de veces. Debe tener siete vidas para seguir tan campante.

Mateo permanecía de pie en la entrada, con su mirada fija en Valentina.

Ella guardó silencio mientras Daniela le servía un vaso de agua tibia. Valentina lo tomó y bajó la mirada mientras bebía.

Su hermoso perfil resplandecía bajo la luz.

La voz de Catalina volvió a insistir: —Señor Figueroa, ¿me ha escuchado? Señor Figueroa, Luciana lo está esperando.

Mateo miró una vez más a Valentina y luego se dio la vuelta y se marchó.

Realmente se fue a ver a Luciana.

Dolores quedó perpleja: —¡De verdad se fue! ¡Pues que no regrese!

Valentina tomó la mano de Dolores: —Abuela, no pasa nada. No te enfades, podrías hacerte daño.

Dolores respondió: —Valentina, desde el principio debí haber encontrado la manera de enviar a Luciana al extranjero. Sin ella, tú y Mateo no habrían pasado por tantos problemas.

Valentina esbozó una leve sonrisa: —Abuela, no es tan simple. El amor no se puede contener. Si el señor Figueroa ama a Luciana, no importa dónde esté ella, su corazón la seguirá. Aunque la hubieras enviado lejos, el señor Figueroa la habría seguido.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Precio del Desprecio: Dulce Venganza