"Respira mi amor, respira..."
"Así, eso, respira..."
"tranquila..."
"Tranquila..."
James acaricia amorosamente el cabello de su amada Maggie quien ya está en labor de parto.
Ambos esperan al obstetra quien se encuentra en consulta con los gemelos de Elizabeth y Bruce.
Como buenos padres primerizos, Bruce, Edward, Dániel y Tommy están en constante preocupación de sus preciosos bebes por ser tan pequeños y frágiles.
Los más preocupados sin duda alguna son Bruce y Edward al tener en sus brazos dos nenas delicadas.
Las discusiones acerca de mejores marcas de pañales, toallitas húmedas, pomadas contra rozaduras se volvieron trendig topic entre los hombres.
Las chicas con sus hermosos bebés en brazos los escuchan atónitas porque ellos están más enterados y preocupados de asuntos tan propios de madres y abuelas.
Hay que admitirlo, los hombres de verdad se están esforzando por ser mejores que sus predecesores.
Poco dormían por la noche contemplando a sus bebés en sus cunas dormidos pacíficamente.
De vez en cuando ellos revisan que sus preciosos hijos respiren porque todos sin excepción han oído hablar del asesino silencioso de bebés.
La muerte de cuna.
Los papás de verdad se están esforzando por aprender rápidamente desde cambiar un pañalito sucio hasta el primer baño de su frágil bebé.
Y aunque usaron una tina de baño para sus recién nacidos, fue un momento de tensión pues sus pequeños son tan frágiles, suaves y resbaladizos con el agua y el jabón líquido para cuerpo y cabello con aroma de lavanda.
Pero sin duda alguna, el momento que más atesoran es cuando las chicas amamantan a sus bebés, haciendo que su ternura escondida aflore.
Bruce se ha vuelto tan posesivo con su pequeña Cassandra que solo él la baña y viste.
Aunque Erik también reclama la atención de su padre, el gemelo de Cassandra prefiere mil veces ser acunado por Elizabeth, su madre.
El obstetra extiende una receta pediátrica hacia los esposos Baek Situ para que sus gemelos no sufran más de congestión nasal por las noches, la cual mortifica tanto a Bruce.
Dándose prisa en prepararse para asistir el parto del bebé de Maggie y el joven James, el obstetra felicita a su joven internista por el buen trabajo realizado.
Cuando el médico obstetra ocupa su puesto, después de saludar a los nuevos padres, observa que la cabecita del neonato ya ha coronado por lo que insta a la madre a pujar por última vez para que su bebé nazca
"Vamos tu puedes mi amor."
"Tu puedes, agarrame fuerte y respira..."
"Uno, dos, tres, puja ahora!"
Anima James a su esposa, el obstetra por fin toma en sus manos a la hermosa bebé sana antes de entregarla a la enfermera para proceder a cortar el cordón umbilical.
Maggie respira satisfecha y un poco agotada cuando escucha el llanto de su bebé.
Las enfermeras muestran a la recién nacida a los felices padres.
"Felicidades a los dos, su hija está sana."
"Después de pesarla, medirla y hacerle la prueba del tamiz podrán acunarla."
James besa a su esposa en la frente, agradeciendole infinitamente por convertirlo en padre.
James se propone ser en mejor para su primogénita.
Después de coser la herida de la nueva madre, la enfermera entrega con sumo cuidado s la recién nacida a Maggie quien susurra su nombre.
"Cristine."
James sonríe al escuchar el dulce nombre de su pequeñita.
"Es tan hermosa, tan pequeña!"
"Oh corazoncito, no llores, mami y papi están aquí cielo."
La pequeña Cristine comienza a llorar de hambre en los brazos de Maggie por lo que la enfermera, ayuda a la nueva mamá para que amamante a su bebe con el nutritivo calostro.
"Eso, muy bien señora Maggie, lo ha hecho muy bien."
Indica con voz amable la enfermera.
"Su pequeña hija obtiene todos los nutrientes y anticuerpos que necesita para crecer sana y fuerte."
"Le ayudaré cuando necesite alimentarla del otro seno."
"Señor James, señora Maggie, muchas felicidades por el nacimiento de su hija."
Todo el personal médico felicita personalmente a los nuevos padres puedo admiran a James demasiado.
Fuera de la habitación, los demás padres arrullan a sus amados hijos cuando observan que el médico obstetra sale por la puerta para indicarles la buena noticia del nacimiento de una nueva recién nacida.
"Una nena!"
"Tenemos otra bella princesa en la familia!"
"Princesa Emily tienes una primita más!"
Edward acuna delicadamente a su hija quien se niega a soltar el dedo de su padre
Las chicas se apresuran a entrar para conocer a la nueva recién nacida, detrás de ellas los felices padres entran.
La habitación de Maggie se llena de tanto amor y dulzura por todos los recién nacidos, tanto que parece que todo está hecho de algodón de azúcar y arcoíris.
Después de un tiempo razonable, todos se despiden de los nuevos padres para que disfruten de su bebé.
La abuela Situ llega en ese momento para conocer a su nueva nieta, detrás de ella la abuela Freda carga regalos para su nieta recién nacida.
Una nieta que lleva la misma sangre de su fallecida hija Laila.
Una nieta a la que ella protegerá para que nada malo le ocurra en el futuro como a su pobre hija.
"Mis nietos, mi bisnieta, que día más feliz!"
"Una nueva hermosa alma pura en este mundo!"
"Que dicha poder contemplar el milagro de la vida!"
Exclama con voz orgullosa y feliz la abuela Freda mirando con amor a su bisnieta.
"Aline, no es hermosa mi bisnieta?"
Cuestiona la abuela hacía su amiga.
"Sin duda alguna Freda."
"Está pequeña es una hermosa angelita."
"Una que esperabamos con tantas ansias conocer y acunar en nuestros brazos!"
La abuela Situ mira a la pequeña antes de exclamar de nuevo.
"Está bebé es tan bella y tiene un precioso cabello!"
"Serás tan hermosa como tu madre!"
La abuela Situ hace sonreír de orgullo a los padres novatos.
"Tiene la nariz de mi James Aline, mira, pequeña y respingada."
"Ven aca hijo, déjame abrazarte!"
James abraza a su abuela tiernamente mientras la abuela Situ abraza a Maggie felicitándola por superar el dolor del parto natural.
"Cristine es un lindo nombre para mi bisnieta."
"Mi hermosa Cristine te espera un futuro bello y hermoso."
"Nos encargaremos cómo lo harán tus padres..."
Asevera la abuela Situ con voz misteriosa.
"Te amamos belleza en miniatura."
La pequeña comienza a removerse y a protestar por lo que la abuela Freda besa su pequeña frente antes de arrullarla mientras canta una dulce canción de cuna de Dinamarca.
La misma que le canto a sus hijas cuando fueron bebés.
James recuerda esa canción pues su madre se la cantaba cuando era un niño.
Y volver a escuchar esa melodía infantil le provoca un poco triste y melancolía al chico.
"Se que ya tienen regalos, pero estos son importantes."
"Maggie, úsalos cuando lleguen a casa, en este hospital no."
"Por favor, sigue mis instrucciones, es por el bien de mi bisnieta."
Ruega la abuela Freda, ambos padres primerizos asienten.
"Dejamos estas infusiones para ustedes."
"Estaremos pendientes de ustedes si tienen cualquier duda con el comportamiento de su bebe."
"Las abuelas estamos para ayudarlos en todo lo que podamos."
Despidiendose efusivamente de sus nietos y bisnieta, las dos abuelas se dirigen a un consultorio específico para realizarse un chequeo con un médico especialista.
Un médico que las mismas abuelas están pagando para que supervise la salud de sus nietos y bisnietos.
El médico las invita a pasar a su oficina, las dos abuelas toman asiento frente al escritorio elegante donde dos sobres con resultados de pruebas médicas ya las esperan.
"Y bien?"
Cuestiona sin rodeos la abuela Situ.
"Nada grave aún, están muy bien gracias a las infusiones."
Responde el médico.
"Si comercializaran las infusiones que tomar se volverían el doble de millonarias damas."
Indica el médico.
"No doctor."
"Esto no es como una fuente de la juventud."
"Sabemos los riesgos de abusar de las infusiones, pero el público en general demás no podrían comprender lo que se enfrentan."
Asevera la abuela Freda.
"Comprendo señoras, solo quiero decirles que sus resultados son magníficos y un poco intimidantes."
Indica el médico extendiendoles los sobres.
"Aunque debo lamentablemente decirles que en efecto les quedan solo dos años más."
"Creo que ustedes comprenden mejor que nadie."
Las abuelas asienten con naturalidad y calma antes de levantarse de sus asientos.
"Nosotras comprendemos que así debe ser, pero nuestros niños no."
"A pesar de todo lo que han visto hasta ahora será difícil para ellos asimilar nuestra partida."
"Pero si está escrito por la ciencia, podrán comprenderlo de forma más sencillo."
"Sobretodo alguien en específico necesitará leer estos resultados médicos varias veces."
"Y por eso es que es tan importante para nosotras estos documentos médicos."
Declara ks abuela Situ.
"Doctor, comprende lo que queremos cuando nuestro fin llegue, verdad?"
Cuestiona la abuela Freda.
"Será como ustedes indicaron damas."
"Sus restos se cremaran y sus cenizas serán entregadas a sus familiares."
Responde con respeto el médico.
"Bien, ya que todo está previsto y programado, después de cumplido con lo previsto usted deberá desaparecer, de lo contrario Thomas no depositará su compensación por sus molestias."
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