El romance del dulce remolino: Señor, ¿le gustaría ser mi pareja en el matrimonio? romance Capítulo 163

"¿Rascacielos de la Dinastía Real? No he estado allí en mucho tiempo. Bien, está decidido entonces".

Xiaoxiao agitó sus blancas y delgadas manos y aceptó felizmente la sugerencia de Tang Ruochu.

La ella de ahora ya no era arrogante e imperiosa como lo era en la estación de policía. Por el contrario, su cara estaba coloreada con vivacidad y se veía libre y relajada.

El trío rápidamente trajo el equipaje de vuelta. Después de que el cielo se oscureciera, se dirigieron juntas a Rascacielos de la Dinastía Real.

El número de personas en la Ciudad de Beining que conocían sobre el Rascacielos de la Dinastía Real no era pequeño. El costo de todo allí era alto y tenían todas las facilidades que uno necesitaría. Era un hotel, un club y un restaurante, una integración de todas las actividades de entretenimiento.

Los que pasaban por sus puertas eran en su mayoría miembros de la sociedad elitista de la Ciudad de Beining. Antes de que Xiaoxiao dejara el país, las tres solían reunirse allí.

Este lugar estaba lleno de numerosos recuerdos conmovedores para ellas.

En ese momento, Tang Ruochu y sus amigas salieron de su auto frente al Rascacielos de la Dinastía Real. Al mirar el letrero familiar, ella no pudo evitar suspirar. "No he estado aquí por mucho tiempo. Extrañe mucho esto".

Xiaoxiao le tiró las llaves de su auto al valet. Ella sonrió y unió sus brazos con las otras dos, diciendo: "Si lo extrañas, ¡entonces solo entra! ¿Por qué sigues aquí parada?"

Ellas entraron a Rascacielos de la Dinastía Real con mucha familiaridad. Tang Ruochu pidió el ascensor con la vista panorámica y llegaron al restaurante del piso 11.

Una vez que el trío apareció, atrajeron mucha atención. Muchos hombres les lanzaron miradas ardientes y sus rostros se llenaron de conmoción.

Las tres eran mujeres asombrosas y cada una tenía su propia belleza.

Xiaoxiao era del tipo que era totalmente hermosa. No importaba a dónde ella iba, siempre atraía mucha atención. Esto era especialmente así por sus hermosos ojos de fénix. Cuando parpadeaba, siempre exudaban un encanto informe.

Mientras tanto, Tang Ruochu era del tipo más reservada.