El romance del dulce remolino: Señor, ¿le gustaría ser mi pareja en el matrimonio? romance Capítulo 475

"¿Pronto? ¿Estás seguro?". Tang Ruochu no creía que la policía llegaría pronto. Mientras Lu Shengyao estaba a punto de explicarse, ella lo interrumpió: "Llama a tus guardaespaldas y pídeles que vigilen a estas dos. Vámonos a casa".

Lu Shengyao se quedó sin palabras.

Con los ojos muy abiertos, Gu Ruoruo observaba cómo dos hombres corpulentos se acercaban, mirándolas a través de gafas de sol.

¡Él tenía guardaespaldas privados!

Gu Ruoruo estaba aún más segura de la misteriosa identidad de Lu Shengyao.

"Ruoruo, ¿qué debemos hacer ahora?".

"Mamá, no te asustes. Cálmate primero". Gu Ruoruo la consoló mientras miraba cuidadosamente a los dos hombres corpulentos.

Ella sabía que probablemente arrestarían a su madre. En ese caso, solo tenían que aceptarlo.

Así que, ella tomó la mano de Zhao Xiaowan y se lo explicó. "Mamá, dado que Tang Ruochu ya llamó a la policía, probablemente no puedas escaparte ahora...".

Ante eso, Zhao Xiaowan se puso nerviosa. "¿Qué debería hacer entonces?".

Al ver que ella había perdido por completo la compostura, Gu Ruoruo tiró de su mano y dijo: "Mamá, por favor cálmate".

"¿Cómo me calmo?". Zhao Xiaowan tiró la mano de su hija a un lado. "¡¿Cómo puedo calmarme cuando estoy a punto de ser arrestada?!".

Zhao Xiaowan había estado un poco agitada, pero ahora estaba entrando en pánico.

Inicialmente, ella estaba segura de que Tang Ruochu carecía de evidencias para demostrar su asesinato de Tang Song. Sin embargo, el asunto se había salido por completo de las manos, desviándose de lo que inicialmente creía que era el caso.

En completo pánico, ella ya no estaba tan segura y serena.

Ante el estado de su madre, Gu Ruoruo se sentía terrible a medida que crecía su odio por Tang Ruochu.

Si no fuera por las acciones de Tang Ruochu, ¡ellas nunca habrían cometido un acto tan ilegal!

No, ella no podía permitir que Tang Ruochu hiciera lo que quisiera.

Gu Ruoruo sonrió siniestramente, ya que sabía que Tang Ruochu no estaría satisfecha por mucho tiempo.

En el camino de regreso a casa, Tang Ruochu miró por la ventana, sin querer hablar.

Lu Shengyao la miraba de vez en cuando. Él no se atrevía a molestarla. Ella se quedó quieta, mirando por la ventanilla del coche.

"Shengyao...". De repente, ella habló.

Como si acabara de ganar la lotería, Lu Shengyao se dio la vuelta para mirarla con sorpresa antes de preguntar: "¿Qué pasó, cuñada?".

Tang Ruochu frunció el ceño. "¿Qué estás haciendo? ¿Por qué estás sonriendo tan feliz?".

"No es nada". Lu Shengyao agitó su cabeza. "¿Qué pregunta tenías para mí?".

Tang Ruochu lo miró con confusión antes de abrir lentamente la boca. "Solo quería saber si tus guardaespaldas siempre han tenido tanta...".

Ella reflexionó antes de hablar. "¿Tanta personalidad individual?".