El romance del dulce remolino: Señor, ¿le gustaría ser mi pareja en el matrimonio? romance Capítulo 97

Realmente era una persona talentosa de la cual ella tenía grandes expectativas. ¿Cómo podría Gu Ruoruo compararse con ella?

Debido a la decisión tomada a último momento de ir a un viaje de negocios, Tang Ruochu se fue a casa temprano en la noche. Ella quería cocinar una cena saludable y suntuosa para Lu Shijin.

Alrededor de las 7 p. m., Lu Shijin entró a la casa. Al escuchar el sonido que venía de la cocina, él entró a echar un vistazo.

Tang Ruochu estaba cortando carne, y en la estufa a su lado, una olla de sopa estaba hirviendo. Ella se puso ansiosa y accidentalmente se cortó el dedo. La sangre salió a borbotones.

Ella chilló conmocionada. Antes de que pudiera colocarlo bajo el agua corriente, una mano grande la agarró y la movió hacia el grifo.

"¿Estás de vuelta?".

Tang Ruochu puso una dulce sonrisa mientras fruncía sus labios hacia el hombre.

Lu Shijin la miró y rápidamente apagó la estufa. Luego la llevó a la sala de estar, tomó el botiquín de primeros auxilios, se sentó a su lado y comenzó a vendarle la herida.

Sus largos dedos eran blancos y tiernos. Estaban bien definidos y se sentían suaves y sedosos. Juzgando por sus dedos, uno podría decir directamente que ella no tenía que hacer las tareas domésticas. Sin embargo, ahora tenía una herida en su dedo.

A Lu Shijin le dolía el corazón. Él le ordenó de manera dominante: "La próxima vez, no te atrevas a entrar a la cocina. Solo ordena a alguien que cocine".

Las mejillas de Tang Ruochu comenzaron a arder y se volvieron en un atractivo tono de rojo. Ella cambió frenéticamente el tema. "Entonces, ¿qué hay de la cena? Solo estoy por la mitad, además... tengo hambre".

Ella dio una palmada en su estómago plano y se quejó. Parecía que ella tenía mucha hambre.

Lu Shijin lo pensó. La hizo a un lado y se puso de pie. Se arremangó y dijo: "Déjame hacerlo".

Lu Shijin vio la vergüenza de ella y soltó una carcajada incontrolable. Luego empezó a caminar hacia la cocina.

Después de un tiempo, Tang Ruochu no pudo resistir el aroma que provenía de la cocina y ella entró.