"Me surgió un imprevisto, por eso llego tarde", Ethan dijo con firmeza, bloqueando el camino de Janet con su musculoso y perfecto cuerpo.
"¿Qué estás haciendo aquí? Quiero irme, por favor hazte a un lado", susurró ella, con la voz entrecortada por la ira y la decepción.
Luego de notar sus ojos rojos y llorosos, Ethan les echó un vistazo a los presentes en la sala de estar y se acercó al oído de la joven: "No hay prisa".
Con eso, llevó a Janet al interior de la casa.
Entretanto, Sean puso las bolsas que estaba cargando sobre la mesa de la sala de estar y las abrió una tras otra. Después de mostrar todo, se secó el sudor de la frente y se paró detrás de su jefe, visiblemente agotado.
Cuando vio los obsequios, los ojos de Janet se abrieron de par en par; costosas joyas, elegantes relojes y unas antigüedades brillaban bajo la luz de las lámparas.
Entonces se preguntó si estos regalos también eran imitaciones, como aquel reloj de Ethan que le había dado un amigo.
Aunque no eran los más poderosos de la ciudad, la familia Lind figuraba entre la clase alta, y podía distinguir lo falso de lo real.
Sintiéndose nerviosa, Janet jaló la manga de la camisa de Ethan y susurró: "¿Qué estabas pensando? ¡Ellos no son fáciles de engañar! Mejor olvídalo. Si descubren que todo esto es falso, solo diles que yo lo compré, ¿de acuerdo?". Pero Etiran simplemente la miró y no pudo evitar reírse, ya que esta era la primera vez que alguien pensaba que él daría imitaciones como regalo. Más que eso, la forma en que Janet quería protegerlo y asumir la culpa lo había conmovido demasiado y una sonrisa se formó en sus labios. Dándole un ligero apretón en la mano, Ethan respondió: "No te preocupes, no suelo obsequiar cosas falsas".
Tanto Fiona como Jocelyn quedaron estupefactas ante lo que acababan de escuchar.
Ansiosa, Jocelyn tiró de la blusa de su madre y dijo en voz baja: "Mamá, ¡por favor haz algo! ¡ Realmente quiero esas joyas de edición limitada!". Fiona pensaba que era rica y que vivía rodeada de lujos, pero claramente estaba equivocada. Resultaba que la familia Lind era inferior a los Lester en todos los sentidos.
A pesar de que Ethan era solo un hijo ilegítimo de la familia Lester, era normal que mostrara su respeto a sus suegros dándoles obsequios.
Fue en ese momento cuando Fiona se arrepintió de haber humillado a Janet, ¡hubiera podido aprovecharse de Ethan en el futuro!

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