Llego súper temprano y empiezo adelantar algunos pendientes antes que llegue el señor Lombardo.
Estoy tan metida en mis pendientes que no me había dado cuenta que alguien estaba al frente mío.
Levantó la mirada y me encuentro con un chico guapo mirándome fijamente .
—Hola, disculpa si te molesto pero es que soy nuevo y ando algo perdido.
—Hola, mi nombre es Margot y soy la asistente de presidencia ¿Qué estás buscando?
—Un gusto Margot, soy Tomás del área de informática y me enviaron a la oficina de contabilidad para solicionar un problema.
—Contabilidad esta en el piso diez.
—Espero aprenderme el cronograma de la empresa pronto y no seguir perdiendome —Reímos —. Muchas gracias Margot, fue un placer conocerte.
—Igual Tomás, espero verte seguido.
Cuándo vuelvo a sentarme frente al escritorio, observó hacia el elevador y veo al señor Lombardo parado fuera de el con una mano en su bolsillo y otra sosteniendo su portafolio.
¿Hace cuánto está allí?
Camina y cuando pasa frente a mi escritorio me mira y me hace un gesto con su cabeza para que lo siga a su oficina.
¡Mierda!
Suspiro, me levanto, tomo el ipad, su café y camino hacía su oficina.
Entro detrás de él, coloco su cafe sobre su escritorio y empiezo a leer su agenda para el día de hoy.
Cuándo termino este sigue mirándome serio sin decir ni una palabra.
—¿Algo más que se le ofrezca señor?
—Cuándo firmo su contrato en Recursos humanos ¿No le dijeron que esta empresa no tolera relaciones ni comportamientos de romance en mi empresa entre empleados?
¿Que está tratando de decir este idiota ?
¿Acaso creer que estaba coqueteando con Tomás?
—Alexander , le voy aclarar dos cosas —Espetó mientras lo miro desafiante —. La primera es que no estaba teniendo ningún comportamiento de romance con nadie y la segunda es que si fuera ese el caso, lo haría fuera de la oficina donde no afecte mi trabajo.
—Señorita Campbell, le pido se dirija a mi con respeto —Murmura entre dientes —. Por mi usted y él pueden hacer lonque les da la gana, mientras sea fuera de esta empresa ¿Entendido?
—¿Acaso tiene algún maldito problema conmigo? —Espetó furiosa —. El qud ahora usted sea mi jefe no quiere decir que puede controlar mi vida, suficiente tengo con aguantarle su mal genio y su patanería.
Me mira fijamente sin mostrar ningún tipo de emoción en su rostro, suspira y sujeta el puente de su nariz.
— Retírese.
¿Me está despidiendo?
—Si la necesito la llamo, no quiero interrupciones de ningún tipo hoy ¿Quedo claro?
Asiento, me doy la vuelta marchándome y sintiendo su mirada detrás mío.
¿Qué mierda me sucede?
Estuve apunto de perder mi trabajo por andar de bocona y no callarme .
Sigo con mi trabajo mientras las horas pasan , suspendo todas las reuniones o llamadas que vayan dirigida al señor Lombardo por su propia orden.
Llega la hora del almuerzo, salgo a comer algo rápido y regreso nuevamente a meterme en mi trabajo. Cuándo estoy por guardar unos papeles el señor Lombardo me llama solicitando mi presencia en su oficina.
Me levanto, camino a la oficina del sexy gruñón, haber que quiere esta vez. Doy tres golpecitos en en la puerta y escucho "pase" .
Al entrar lo veo tan sumergido en sus pensamientos que me debato entre irme o saber que se le ofrece.
En ese justo momento se voltea, me mira unos segundos y luego se dispone hablar .
—Tome asiento —Me señala la silla frente a él —. Necesitamos hablar seriamente.
Esas palabras taladran mi mente y rápidamente me empiezo a preocupar
¿Me va a despedir?
***
POV Darius
La observó detenidamente y es que no puedo negar lo hermosa que es.
Desde que la vi, algo en ella desperto mi interés por ella y aunque en un principio me negaba aceptarlo, compartir día tras dia con ella me hace sentirme más atraído .
Cuándo la vi aquella vez en el hospital no pude evitar perderme en su mirada y mirarla una y otra vez.
— En que le puedo servir señor Lombardo —Interrumpe mis pensamientos y veo que esta algo nerviosa —. ¿Sucedió algún problema?
Sonrío y niego .
Me gusta más está faceta de ella, que la que tuvo esta mañana conmigo. Me sorprendió su carácter, pero también me gusto verla enojada .
—Le quiero presentar una propuesta en la que ambos saldremos muy bien beneficiados.
Coloco ambas manos sobre el escritorio y me observa confundida
—¿De qué se trata la propuesta?
—Es un tema muy delicado, sólo le pediré que no me responda ahora y lo piense bien.
— Está bien —Murmura dudosa —. ¿Cuál es la dichosa propuesta?
—Necesito que se casé conmigo ...
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