—Lo sabrá cuando entre. -Guan Jing ignoró el pánico en sus ojos y bajó el auto.
Sin embargo, «Lin Xinyan» no se movió. ¿Quién ¡ría a la estación de policía sin más?
-Guan Jing, deja de jugar conmigo. ¿Qué pretendes?
—¿Qué me atrevería a hacerle? Usted es la persona más preciada del Sr. Zong. Todavía tengo una larga vida para vivir, yo no haría nada tonto. -Guan Jing caminó frente a ella y la miró. Era obvio que ella estaba ansiosa, pero ella estaba tratando de ocultarlo, así que se burló—: ¿No quería reunirse con el Sr. Zong? Él está dentro, ¿por qué no entra? ¿Ha hecho algo malo?
—Tú... tú eres el que se siente culpable —dijo «Lin Xinyan» en tono culpable.
—Si no lo es, entonces por favor entre. —Para mostrarle su respeto, le hizo un gesto cortés para que entrara.
«Lin Xinyan» lo miró fijo durante unos segundos y luego mantuvo la cabeza alta.
—¡Es mejor que no me mientas o te las verás conmigo! — Levantó el pie y comenzó a caminar—. ¿Dónde?
Guan Jing caminó delante de ella y la guio. Entretanto, «Lin Xinyan» observó a su alrededor. Ella había estado aquí antes, cuando Shen Xiuqing estuvo aquí y ella fue a visitarla, pues había sido idea de Shen Xiuqing que ella escapara con el dinero.
—Han, tu padre es un hombre sin corazón. Si pudo abandonar a su hijo y a su esposa entonces, puede abandonarnos ahora -le dijo-. Yo estoy atrapado aquí, pero tú puedes irte y si sigues aquí, acabarás como Lin Xinyan. Te diré la clave de la caja fuerte de tu padre. Toma el dinero y vete.
Aunque Shen Xiuqing vivía con Lin Guoan, seguía manteniéndose alerta ya que sabía que el hombre era desalmado cuando había mandado lejos a Lin Xinyan y a Zhuang Zijin sin dudarlo y, para él, cualquier cosa que lo beneficiara era más importante. Se había casado con
Zhuang Zijin por su dote y, cuando ella ya no era útil, la había abandonado sin tener en cuenta el tiempo que habían pasado juntos.
Shen Xiuqing era joven en ese entonces y podía ayudar a atraer a los clientes; sin embargo ahora, era vieja y Lin Yuhan no tenía tanto éxito a comparación de Lin Xinyan, quien se había casado con Zong Jinghao. Si Lin Guoan quería acercarse a su primera hija, sería desventajoso para Lin Yuhan y por eso ideó un plan para que ella escapara.
«Lin Xinyan» apretó sus manos. Se sintió molesta cuando pensó en Shen Xiuqing; a fin de cuentas, era su madre, la había amado y quería lo mejor para ella. Cuando pensó en ello, se sintió más decidida a permanecer junto a Zong Jinghao. Era el esfuerzo de su madre para que ella estuviera aquí hoy y no podía defraudar a su madre. No podía fallar.
En ese momento, ella había seguido Guan Jing hasta la sala de interrogaciones. No era la misma habitación que la vez anterior, sino que esta era mucho más grande y había un vidrio templado en el medio, dividiendo la habitación en dos. El interior era para el interrogatorio y el exterior era
para sentarse.
Guan Jing empujó la puerta, pero «Lin Xinyan» no entró de inmediato; en cambio, miró para asegurarse de que Zong Jinghao estaba dentro antes de poner un pie en la habitación. Su Zhan le acercó la silla, como si no supiera que era una impostora, incluso se mostró entusiasta y respetuoso.
—¿Señorita Lin?
Él sabía que ella era una farsante. Shen Peichuan se lo había dicho y se sorprendió cuando lo descubrió. Las técnicas de cirugía plástica eran avanzadas, pero era difícil imitar por completo a otra persona; sin embargo, ahora que la miraba, era casi como si estuviera viendo a Lin Xinyan. Debía de haberse operado todo el cuerpo, pues su figura debía ser una imitación de Lin Xinyan; si no, no habría sido tan delgada y tampoco pudo buscar ningún error en la cara.
-¿Qué miras? -«Lin Xinyan» frunció el ceño-. ¿Me creció una flor en la cara?
Su Zhan se rio con fuerza.
-Sí, y tiene mejor aspecto que una flor.
Su corazón dio un vuelco. ¿Por qué sentía que él insinuaba algo más? Entonces, ella se inclinó hacia Zong Jinghao.
-¿Por qué me querías aquí? Este es un lugar tan espeluznante.
Antes de que Zong Jinghao pudiera decir algo, Su Zhan volvió a abrir la boca.
—Para que veas algo.
Acercó una silla y se sentó a su lado.
-¿Ver qué? —«Lin Xinyan» se giró para mirarlo.
Su Zhan perpetuó el misterio.
-Pronto lo descubrirás.
Zong Jinghao había permanecido en silencio todo el tiempo. La luz que brillaba desde el techo cubría su expresión, por lo que no podía verlo con claridad, como si se escondiera tras un cúmulo de niebla. Pronto, la puerta de la habitación se abrió de nuevo y entraron tres hombres; dos de ellos eran altos, su vestimenta era negra y seguían a Shen Peichuan en tanto sostenían a una persona con una cubierta negra en la cabeza mientras que sus pies flotaban sobre el suelo.
«Lin Xinyan» miró con atención a la persona que traían, pues su figura se parecía mucho a la de He Ruilin, así que se puso nerviosa. Pronto se comprobó que su suposición era correcta, pues Shen Peichuan retiró la cubierta de la cabeza de He Ruilin y reveló su rostro. He Ruilin se había cambiado de ropa y ya no podía ver sus heridas, pero su semblante era terrible.
—¿La conoces? -Su Zhan se inclinó hacia ella.
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