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Enamorándome de ti romance Capítulo 56

Seis años después en el país A, una cálida luz amarilla iluminó la habitación. Una mujer con una figura delgada figura estaba ocupada preparando una lujosa cena en la cocina para su familia. He Ruize estaba sentado en el sofá de la sala de estar viendo a Lin Xinyan, que estaba ocupada en la cocina.

-Tío, ¿te gusta mi mami? -Lin Ruixi se arrastró encima de él.

Sus cejas se crisparon, pues enloquecía siempre que escuchaba que lo llamaban así. Lin Xinyan no estaba dispuesta a aceptar su confesión de amor y decía que solo lo veía como su hermano. Por ello, sus hijos le llamaban «tío».

Ellos eran en verdad lindos: su piel blanca y delicada, sus ojos redondos y grandes eran como pozos de agua clara con pestañas rizadas que los hacían lucir como muñecas de porcelana. He Ruize extendió su mano, tomó al pequeño y caminó hacia la cocina y se detuvo en la puerta.

—Yan.

Lin Xinyan les devolvió la mirada y sonrió.

-¿Tienes hambre? Estará listo pronto.

Sin decir nada, He Ruize solo la miró.

Hace seis años, Lin Xinyan insistió en no recibir anestesia para conservar a sus bebés. He Ruize no pudo hacerla cambiar de opinión, así que accedió con la condición de que se fuera de China y regresara a vivir en el país A. Lin Xinyan estuvo de acuerdo y trajo a Zhuang Zijin consigo con la ayuda de He Ruize. Desde ese entonces, habían pasado seis años.

-Tengo que ir a China en dos días.

La mano de Lin Xinyan, que estaba removiendo la espesa sopa con un cucharón, se detuvo con suavidad. Parecía que todavía tenía pesadillas persistentes sobre el dolor que sufrió hace seis años, fingió estar calmada y no le devolvió la mirada.

-¿Tienes cosas que hacer ahí?

—Bueno, mi hermana está comprometida. —He Ruize miró la espalda de Lin Xinyan.

Lin Xinyan se dio la vuelta. Cuando dio a luz a Lin Xichen y Lin Ruixi, He Ruize dijo que había encontrado a su hermana perdida. Ella siempre estuvo feliz por él.

-Eso es bueno, deberías regresar —dijo Lin Xinyan con sinceridad.

—Su prometido es Zong Jinghao. —He Ruize la miró con atención.

El cucharón resbaló de su mano y cayó al suelo entre un gran estruendo, rompiéndose en un sinfín de pedazos y ella se puso en cuclillas enseguida para recoger los pedazos, mientras bajaba la mirada.

—Ya no tengo nada que ver con él.

Seis años eran bastante tiempo, así que no podía recordar que tal hombre alguna vez haya aparecido en su vida.

Ahora, ella solo quería cuidar bien de sus dos hijos, era solo que no podía entenderlo. «¿No debían casarse él y Bai Zhuwei hace seis años? ¿Por qué estaría comprometido con la hermana de He Ruize?»

Le lanzó a He Ruize una mirada que parecía de curiosidad, la cual él le devolvió apretando los labios.

—Lo lamento. Te oculté algo.

-¿Qué me estás ocultando? -Lin Xinyan frunció el ceño.

En cuanto habló, pareció pensar en algo de nuevo, mientras sus ojos de abrían de par en par y expresaba sus especulaciones.

—¿Es Bai Zhuwei tu hermana?

-Sí.

Ese año fue a investigar el incidente de Lin Xinyan y se enteró de lo ocurrido esa noche por un empleado del hotel; cuando investigó más a fondo, descubrió el papel que Bai Zhuwei jugó. Desde luego que aborrecía a una mujer tan manipuladora, pero por desgracia, Bai Zhuwei también se encontraba en el país A en ese momento, así que se encontraron ahí.

Al principio no se cruzaron, pero como ese día Bai Zhuwei vestía un vestido de tirantes ese día, la marca de nacimiento en su hombro le llamó la atención. Su hermana perdida también tenía una marca de nacimiento verde en su hombro; así que, para aclarar sus dudas, investigó a Bai Zhuwei a detalle. Creció en un orfanato sin padres. Al principio, solo tenía curiosidad por la mujer, que tenía la misma marca de nacimiento que su hermana, y por supuesto quería entenderla un poco más.

Cuando descubrió que era huérfana, He Ruize dudó si se trataba de su hermana, que estaba perdida desde hace mucho, así que la siguió y recolectó su cabello y saliva para una prueba de ADN, cuyo resultado reveló que en verdad era su hermana.

Sabía el secreto de su hermana y que le gustaba Zong Jinghao; por eso, nunca se lo dijo a Lin Xinyan. He Ruize bajó a Lin Ruixi y le pidió que jugara en la sala de estar; Lin Ruixi asintió y corrió hacia la sala con sus cortas piernas.

-Esperaré a que Xichen regrese para jugar con él.

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