El odio de He Ruilin ardía cuando pensaba en que la había traicionado. ¿Todo su amor y cariño por ella eran fingidos? ¿Por qué tenía que traicionarla? Ella se quedó junto a la puerta, balanceándose mientras decía:
-Ruize...
He Ruize se acercó y entonces se dio cuenta de que ella tenía heridas en las rodillas.
-¿Te has peleado con alguien más? -Él frunció el ceño.
«Si no, ¿por qué tendría las rodillas así?» He Ruilin sacudió la cabeza y miró a He Ruize.
-Ruize, ¿estás fingiendo tu amor por mí?
-¿Cómo crees? —He Ruize de verdad la amaba.
En parte fue culpa suya cuando ella se había perdido años atrás; todos estos años había estado viviendo con la culpa y no fue fácil recuperarla, por lo que se sentía apenado y
dolido con ella. Nunca había sido falso.
-Ja, ja... -He Ruilin se rio de repente; al segundo siguiente, su sonrisa desapareció y todo lo que quedó fue su voz histérica-. Si en verdad me amabas, ¿cómo pudiste traicionarme por una mujer?
-¿De qué estás hablando? -Ruize se sintió confundido-. Entremos.
Él tiró de su hermana, quien parecía haber perdido la compostura. El ambiente en casa había sido sombrío desde que se había roto el compromiso de su hermana y He Wenhuai parecía infeliz por ello. Si su padre volvía a oírla quejarse, se pondría furioso.
He Ruilin fue casi arrastrada a la casa por He Ruize.
-Siéntate aquí y yo iré a buscar el botiquín de primeros auxilios. Necesitarás un antiséptico para las rodillas o se te infectarán.
He Ruilin no pareció comprender sus palabras, estaba sentada sin moverse y sus ojos miraban al espacio sin concentrarse. Había pensado que al convertirse en la hija de la familia He, podría estar junto a Zong Jinghao, tendría un alto estatus social, un novio del que los demás estarían celosos y un hermano que la amaría. No habría arrepentimientos en su vida.
Sin embargo, no fue así.
Todo cambió. Tenía un estatus social más alto, pero no tenía a Zong Jinghao e incluso el amor de He Ruize por ella tuvo que ser dividido y compartido con esa mujer. Su amor familiar y su amor romántico fueron arruinados por Lin Xinyan.
Sus manos se hundieron en el sofá y se tensaron, las venas del dorso de su mano eran visibles lo que hacía evidente que estaba furiosa.
Ruize se acercó con el botiquín y se agachó frente a ella para limpiar la herida de sus rodillas, temía que a ella le doliera, así que lo hizo con la mayor delicadeza posible.
-Ruize. -He Ruilin bajó los ojos-. ¿También eres así de gentil con Lin Xinyan?
He Ruilin estaba actuando de forma inusual hoy.
-¿Qué estás tratando de decir? -He Ruize dejó el antiséptico en su mano, pues tenía que hablar con ella—. Lin, Zong Jinghao no es el único hombre en el mundo, no hay necesidad de colgarse de este único árbol y eres lo bastante buena como para buscar algo mejor...
-Lin Xinyan tampoco es la única mujer en este mundo. ¿Por qué te tiene que gustar ella? —He Ruilin lo interrumpió antes de que pudiera terminar de hablar.
He Ruize no pudo encontrar ninguna manera de refutarla. «Sí, me había olvidado de mi propia necedad mientras le doy consejos a mi hermana.»
-Ruize, puedes traicionar a tu propia hermana por la mujer que te gusta. Tu amor es grande.
He Ruize se alertó cuando escuchó a He Ruilin mencionar esto.
-Lin, ¿la viste?
—Sí. —He Ruilin no lo negó.
He Ruize frunció el ceño.
-¿Qué quieres decir con que te traicioné?
«¿Estaba relacionado con Lin Xinyan?»
-¿Me lo preguntas a mí? -He Ruilin se rio de forma burlona-, ¿No sabes lo que hiciste?
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