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Enamorándome de ti romance Capítulo 97

Antes de que ella pudiera terminar esa oración, él le sostuvo la cabeza por detrás y forzó sus labios sobre los de ella, presionándolos con tal fuerza que se sintieron aplastados. La flexible y poderosa lengua del hombre entró sin darle tiempo para pensar en lo que sucedía, él logró enganchar su lengua y se la tragó centímetro a centímetro. Su deseo floreció en algo invasivo que parecía que la devoraría entera.

-Mmm...

El corazón de Lin Xinyan latía con fuerza dentro de su pecho, moviéndose sin control. Todo por este hombre. La poca conciencia que le quedaba le dijo lo que él estaba haciendo; si era algo imposible, ¿por qué él seguía insistiendo en eso?

El hombre apenas y estaba usando menos de un cuarto de su fuerza y ella ya no podía moverse, sintió que su boca comenzaba a dolerle, así que le mordió la lengua con fuerza. Entonces, Zong Jinghao se detuvo y, creyendo que ella estaba jugando, él le regresó dicha acción

mordiéndole el labio inferior.

Lin Xinyan aprovechó la oportunidad y lo empujó a la fuerza, puesto que no le gustaban las cosas de esa manera.

—Si tú sabes que es imposible que estemos juntos, ¿por qué no puedes simplemente dejarlo así ahora? -Lin Xinyan tenía algunas lágrimas brillando en sus ojos y su voz sonaba ahogada cuando le dijo—: No hagas esto. No es bueno para ninguno de los dos.

Se dio la vuelta para limpiarse las lágrimas de los costados de los ojos.

Zong Jinghao permaneció quieto cuando ella lo empujó y siguió mirándola por unos pocos segundos más antes de sentarse tras el volante, bajó la ventanilla del auto y permitió que el aire fresco entrara para difuminar la esencia íntima que se encontraba en el aire. Su brazo estaba sobre la ventana del auto, mientras que su mirada seguía concentrada en una sombrilla que se encontraba en el camino. Las hojas de los árboles se mecían con gentileza en el viento. Luego, bajó la vista.

Era un hombre adulto y sabía por qué le importaba tanto Lin Xinyan.

-No puedo aceptar a tus hijos. No soy tan generoso y tampoco tengo un gran corazón como para criar a los niños que tuviste con otro hombre. Tarde o temprano me volvería loco si tuviera que verlos todos los días. —Tomó una botella de agua de los portavasos y la abrió para bebería; su cabeza estaba inclinada, su cuello mostraba una larga y delgada curva. Incluso su atractiva manzana de Adán era notoria. Uno se sentiría privilegiado al verlo-. Pero al mismo tiempo, no quiero dejarlos ir y verte con otro hombre.

Lin Xinyan se frotó la cara con fuerza y desesperación.

Zong Jinghao la jaló, tomó su rostro y la hizo mirarlo. Dos pares de ojos se encontraron y Lin Xinyan pudo ver su desaliñada imagen en sus ojos, cuyo reflejo mostraba a un hombre enloquecido. Nunca se había sentido así antes.

Quería a esa mujer.

-Seamos marido y mujer de verdad, solo deja que le pague a alguien más para que cuide a tus hijos.

-¡De ninguna manera! -Lin Xinyan lo negó al instante.

No había lugar para esta discusión.

-Podemos tener otro hijo que sea de los dos.

—¡Esto es ridículo! —Lin Xinyan se alejó de él.

-Tú jamás has sido padre, no sabes lo que un hijo significa para una madre. Para mí, ellos son mi vida. ¿Me estás pidiendo que renuncie a mi vida? ¿No te parece que suena como una broma?

Los ojos de Zong Jinghao sacaban chispas.

—¿De verdad son tan importantes para ti?

-Sí.

Ella ni siquiera dudo en responder. Él se acomodó el cuello de la camisa y puso una sonrisa salvaje y arrogante en su rostro.

—Tienes razón, nunca he sido padre, así que tengamos un hijo y dame la oportunidad de serlo. Déjame saber lo que se siente.

Lin Xinyan no sabía que responder, entonces se quitó el cinturón de seguridad y se bajó del auto. Era imposible comunicarse con esa persona. Ella avanzó algunos pasos para alejarse del auto y chocó contra el hombre de alguien; ella gritó aterrada y se golpeó la espalda.

-¿Qué estás haciendo? ¡Suéltame!

Zong Jinghao abrió la puerta del asiento trasero del auto y la empujó presionando su cuerpo contra el suyo; mientras tanto, sostenía ambas manos de la mujer sobre su cabeza con una sola mano y con la otra sostuvo su barbilla.

—Dices que no quieres hacerlo, pero ¿qué tal si alejo a tus hijos de ti? Sabes que soy capaz de hacerlo.

-¡Eres un sinvergüenza! -Lin Xinyan lo miró.

En lugar de enojarse, él sonrió.

Capítulo 97 1

Capítulo 97 2

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