Dentro del coche...
Nolan miró por la ventana del coche distraídamente, como si todavía estuviera reflexionando sobre lo que había dicho Maisie. Como estaba perdido en sus pensamientos, no escucho a Quincy llamándolo desesperadamente.
"Señor". Quincy levantó la voz.
Finalmente, Nolan volvió en sí y se frotó la frente. "¿Qué pasa?".
Quincy le tendió el teléfono. "Tiene una llamada de su padre, señor Goldmann".
Nolan tomó el teléfono de sus manos y contestó:" Papá".
Al otro lado de la línea, en la finca de la familia Goldmann...
"Pequeño mocoso, ¿has ido a dejar embarazada a la hija de alguien?".
El padre de Nolan estaba sentado en su patio trasero bebiendo güisqui. La foto que se mostraba en su tableta exhibía a dos niños con un asombroso parecido a su propio hijo.
Nolan no habló por un momento y frunció las
cejas. "Que yo sepa, no".
"¿Estás seguro? Entonces, ¿cómo explicas la existencia de estos dos niños que firmaron la Corporación Entretenimiento de la Corona Real? Se ven igual que tú".
El anciano dejó con un golpe su vaso sobre la mesa. "Quiero ver a estos dos niños".
"Papá, no me he acostado con ninguna mujer. Esos niños no pueden ser parientes míos".
Aunque puede que lo haya hecho una vez, Willow había estado a su lado durante los últimos seis años y nunca había estado embarazada.
"Parientes o no, eso no debe preocuparte. Ya he enviado a alguien a Corona Real para que los recojan. Puedes hacer lo que quieras". El anciano colgó.
Nolan levantó la vista con el ceño fruncido." Conduzca a la mansión de los Goldmann".
*****
El coche se dirigió hacia el campo. A lo largo de la carretera, el paisaje era sereno.
A ambos lados del camino empedrado se extendían exuberantes jardines verdes. A la izquierda había una mezcla de flores perfectamente ajardinada, y a la derecha, en medio de la vegetación, un encantador puente de piedra colgaba sobre un lago de aguas cristalinas. Al final del puente había un pabellón blanco.
El anciano condujo a los dos niños al puente y se dirigieron al pabellón. "Señor, he traído a los dos niños para que los vea".
El padre de Holán se giró para mirar a los niños de pie frente al mayordomo. Mostró una pizca de sorpresa en sus ojos, luego sonrió y los saludo:" Queridos niños, vengan con su abuelo".
Waylon y Daisie intercambiaron una rápida mirada y caminaron hacia el anciano.
El padre de Holán estudió las caras de los dos niños. Centró su atención en los rasgos del niño y preguntó con una sonrisa: "¿Cómo te llamas, muchacho?".
"Waylon Vanderbilt", respondió Waylon de forma obediente.
El padre de Nolan asintió como respuesta y miró a la pequeña niña. "¿Y qué hay de ti?".
"¡Abuelo, mi nombre es Daisie Vanderbilt!". Daisie parpadeó. Era como si hubiera una brillante galaxia de estrellas oculta en sus ojos.
El padre de Nolan se rio con alegría y llevó a los dos niños a sentarse a su lado. Les dio unas palmaditas en sus pequeñas cabezas. "¡Qué milagro! ¡Ustedes dos se ven iguales a mi hijo!".

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